La nota que publica el Washington Post, el miércoles 23 de septiembre, está firmada por el periodista John Hudson y señala que la familia del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, suele llevar la ropa sucia a lavar a Estados Unidos.
Y el periodista no lo dice en sentido figurado sino literal.
“La mayoría de los políticos hacen todo lo posible para ocultar sus trapos sucios –comienza diciendo el artículo–. Y luego está el primer ministro Benjamin Netanyahu. A lo largo de los años, el líder israelí se ha ganado una reputación entre el personal de la casa de huéspedes del presidente de Estados Unidos por llevar carga especial en sus viajes a Washington: bolsas y maletas llenas de ropa sucia, según funcionarios estadounidenses familiarizados con el asunto”.
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El primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu junto al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, minutos antes de la firma de los acuerdos de paz..
Según cuenta el periodista en la nota, el personal de la casa de huéspedes limpia la ropa de los jefes de Estado de forma gratuita, sin cargo, sin excepciones para todos los líderes extranjeros, precisamente porque son estancias cortas.
Sin embargo, de acuerdo con la información, “los Netanyahu son los únicos que nos traen maletas de ropa sucia para que las limpiemos”, dijo un funcionario estadounidense, que como otros habló off the record. "Después de varios viajes, quedó claro que esto era intencional", añadió la misma fuente.
Desde el lado israelí, siempre según la información del Washington Post, los funcionarios israelíes negaron que Netanyahu abusara de los servicios de lavandería de sus anfitriones estadounidenses, calificando las acusaciones de “absurdas”.
En 2016, Netanyahu demandó a su propia oficina y al fiscal general de Israel en un esfuerzo por evitar la liberación de sus facturas de lavandería bajo la ley de libertad de información del país. El juez se puso del lado de Netanyahu, y los detalles de sus facturas de lavandería siguen siendo secretos a la espera de una apelación en la Corte Suprema.
Esta acusación, relativamente menor si se las compara con otros procesos judiciales que enfrenta el primer ministro israelí, ha amenazado varias veces con dejar a Netanyahu sin el cargo de primer ministro.
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Una de las tantas protestas frente a la residencia del primer ministro, Benjamín Netanyahu, en Jerusalem.
(EPA)
Por lo pronto, como se sabe, el líder israelí enfrenta diariamente protestas en su domicilio oficial, de ciudadanos que le exigen la renuncia por los cargos de corrupción que enfrenta.
La acusación que circuló en Estados Unidos tuvo tanta fuerza que hasta la embajada de Israel en Washington debió emitir un comunicado para aclarar que la acusación de la que fue objeto el primer ministro israelí tiene que ver con el éxito del acuerdo de normalización de relaciones con los Emiratos Arabes Unidos y Bahrein.
“En esta visita, por ejemplo, no hubo tintorería, sólo se lavaron un par de camisas para la reunión pública, y se planchó el traje del primer ministro y el vestido de la señora Netanyahu", señala el comunicado de la embajada.
"Estas acusaciones infundadas y absurdas tienen como objetivo menospreciar el logro monumental del primer ministro Netanyahu en la histórica cumbre de paz del martes negociada por el presidente Trump en la Casa Blanca", señaló la embajada en un comunicado.
La embajada agregó que las necesidades de lavandería de Netanyahu fueron relativamente modestas durante su viaje más reciente.
“En esta visita, por ejemplo, no hubo tintorería, sólo se lavaron un par de camisas para la reunión pública, y se planchó el traje del primer ministro y el vestido de la señora Netanyahu también para la reunión pública”, dice el comunicado, además de acalrar que también se planchó ropa de cama del político israelí, que había usado durante el vuelo a Estados Unidos.
