Las conversaciones para formar al próximo gobierno por el momento no prosperan. Y dentro del bloque de derecha también aparecieron algunos desacuerdos: Naftali Bennett, integrante de HaYamin HaHadash (Nueva Derecha), rechazó un cargo ministerial.
La oferta para ocupar uno de los ministerios vacantes del gabinete la realizó el primer ministro Benjamín Netanyahu, a su vez líder del bloque de partidos religiosos y de derecha, pero Bennett rechazó la invitación ya que se expresó poco interesado en un puesto durante este gobierno de transición.
Según fuentes cercanas al bloque, la propuesta escondía la intención de generar malestar entre Bennett y Ayelet Shaked, la otra referente de HaYamin HaHadash. Por eso este episodio, junto a la propuesta de Aryeh Deri (Shas) de convocar a unas elecciones directas para primer ministro que Netanyahu desestimó, abren una pequeña interna dentro del bloque de derecha.
De todas formas, tras la reunión del lunes, Naftali Bennett "reiteró su compromiso con el bloque y ofreció su ayuda para establecer un gobierno de unidad".
Fuera de este sector del mapa político israelí tampoco se perciben avances. De hecho, las negociaciones se vislumbran estancadas, y en ese sentido Netanyahu criticó duramente a Kajol Labán: "Acordamos un anuncio conjunto, hasta nos habíamos tomado una foto, pero media hora después comenzaron a atacarnos a través de los medios de comunicación", afirmó.
"En los últimos dos días nuestro equipo de negociación intentó promover una reunión, pero desde Kajol Labán nos rechazaron todos los días, hasta ahora no está programado ningún encuentro", denunció el primer ministro.
Desde el partido de Benny Gantz, quien hasta el 20 de noviembre dispone del mandato presidencial para formar una coalición, aseguraron que las acusaciones son "palabras vacías y conductas que demuestran que Netanyahu no quiere la unidad, sino un gobierno de inmunidad" y reiteraron el pedido al liderazgo del Likud "para que se unan y no arrastren a Israel a elecciones innecesarias".
