En ocasión del 15° aniversario de la Segunda Guerra del Líbano, las Fuerzas de Defensa de Israel revelaron algunos detalles sobre los preparativos para una potencial tercera guerra en el frente norte.
El ejército israelí informó que en los últimos años se multiplicó por 20 la cantidad de objetivos de Hezbollah que podrían ser atacados, y a modo de mensaje de advertencia brindó pruebas sobre uno de ellos: un edificio de almacenamiento de armas, posiblemente cohetes de largo alcance, instalado a 25 metros de una escuela a la que asisten 300 alumnos. El sitio está en una aldea ubicada entre las ciudades de Tiro y Nabatieh, y las FDI estiman que tras la difusión de la información el almacén será evacuado.
En caso de atacar objetivos terroristas sensibles, como ocurrió en Gaza durante la operación Guardián de los Muros cuando la fuerza aérea bombardeó un edificio que albergaba oficinas de la agencia de noticias AP, el ejército tiene previsto ampliar sus “archivos de legitimidad” para informar de manera inmediata, tanto a organismos internacionales como medios de comunicación extranjeros, las pruebas sobre la presencia de organizaciones terroristas en áreas civiles.
Por otra parte, el ejército israelí terminó de diseñar el proyecto “Escudo del Norte”, un nuevo muro defensivo a lo largo de 145 kilómetros de la frontera con Líbano, desde la costa de Rosh Hanikrá hasta el monte Dov. El plan fue presupuestado en 3 mil millones de shekels (920 millones de dólares) y está pendiente de aprobación de parte del gobierno. Mientras tanto, en los últimos años las FDI reforzaron la cerca existente en Metula, Rosh Hanikrá y Shlomi, tres zonas sensibles de la frontera, con el objetivo de evitar la infiltración de escuadrones de élite de Hezbollah.
"Hezbollah debe saber que en la próxima guerra habrá un ejército entrenado y decidido como nunca antes. Estamos preparando sorpresas para el enemigo. Será una guerra compleja para nosotros, pero insoportable para ellos que pagarán un precio mucho más alto”, advirtió Amir Baram, comandante del Comando Norte de las FDI.
En el liderazgo militar israelí existe cierto consenso sobre la necesidad de una incursión terrestre en caso de una Tercera Guerra del Líbano, con el objetivo de imponer condiciones ante Hezbollah y acortar la duración de los combates. “El bombardeo desde el aire será poderoso en las primeras horas, pero para derrotar al enemigo se requerirá una maniobra por tierra”, estimó Dan Neumann, general de brigada del Comando Norte.
Fuera del campo de batalla, las fuerzas israelíes también se preparan ante un escenario de estallido social en Líbano, que provoque la fuga de miles de refugiados hacia Israel en el contexto de la grave crisis económica que afronta el país vecino. En ese sentido Benny Gantz, ministro de Defensa israelí, propuso brindar asistencia civil a través del FPNUL, las fuerzas de paz de la ONU en la frontera entre Israel y Líbano.
Las FDI estiman que la disolución del ejército libanés sería la última gota previa al colapso total en el país y que Hezbollah, como entidad gubernamental que recibe fondos de Beirut, no quiere que se produzca ese estallido. Sin embargo, una comparación salarial demuestra el poder del grupo terrorista en el sur libanés: mientras el comandante del ejército libanés cobra 680 dólares por mes, un subalterno de Hezbollah gana alrededor de 500 dólares mensuales.