La decisión de Estados Unidos de reabrir su consulado dedicado a las relaciones directas con los palestinos en Jerusalem está generando controversias a ambos lados de la frontera. En Israel, por la división de los legisladores de la Knesset sobre la cuestión. Y en Cisjordania, por las molestias que generan la indefinición y el tiempo que se está tomando la reapertura.
La administración Biden todavía insiste en reabrir el consulado de Jerusalem, mientras enfrenta una feroz resistencia de Israel por la decisión, especialmente de la derecha, que asegura que la decisión conducirá al colapso de la frágil coalición de Gobierno (integrada por partidos muy heterogéneos)
A pesar de que el primer ministro Naftali Bennett es uno de los que se opone a la reapertura, la semana pasada, durante una reunión en Washington, el canciller Yair Lapid se encontró con Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, para debatir la reapertura de la misión en Jerusalem.
“En opinión de cualquier gobierno encabezado por el Likud, e incluso del actual encabezado por Bennett y Lapid, el hecho de reabrir el consulado es prácticamente acordar una división de la ciudad. Por lo tanto, hay muchas discusiones entre Israel y Estados Unidos sobre este tema”, explicó el periodista convertido en analista político Eli Nissan.
Según el especialista, Washington podría tener el gesto de esperar hasta finales de octubre antes de tomar una decisión final sobre el consulado, cuando la Knesset debata el nuevo presupuesto. Sucede que si no se aprueba, el Gobierno se disolverá automáticamente e Israel irá a nuevas elecciones.
Durante una conferencia pública reciente, el ministro de Justicia, Gideon Saar, expresó su oposición a que Israel permita la reapertura del consulado. “Alguien dijo que se trata de un compromiso electoral, pero para nosotros es el compromiso de una generación. No cederemos en esto", sentenció.
El tema es tan importante y sensible para los políticos israelíes que Nir Barkat, miembro de la Knesset y uno de los principales contendientes para reemplazar a Benjamín Netanyahu como líder del partido de derecha Likud, propuso un proyecto de ley en julio que buscaba prohibir a los países levantar misiones diplomáticas en Jerusalem sin la aprobación de las autoridades locales.
El descontento palestino
Por su parte, Ahmad Rafiq Awad, presidente del Centro de Estudios de Jerusalem en la Universidad Al-Quds, contó que hay "decepción" entre los palestinos por la falta de determinación de Estados Unidos. De hecho, muchos ya bajaron sus expectativas sobre Joe Biden.
También, Rafiq Awad deslizó que si Estados Unidos no cumple su promesa de reabrir el consulado, correrá el riesgo de alienar a los palestinos. “Lo que queremos es vincular palabras con hechos. Hasta ahora, la administración de Estados Unidos no lo ha hecho", agregó.
Una misión diplomática estadounidense que se ocupe únicamente de los palestinos tiene un profundo significado simbólico, ya que los palestinos aseguran que reconoce su derecho a tener un estado independiente en Cisjordania y Gaza con Jerusalem Este como su capital.
El artículo fue escrito por Mohammad Al-Kassim y reimpreso con permiso de The Media Line.