Isaac Herzog habla en la ceremonia homenaje a Isaac Rabin.
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Isaac Herzog habla en la ceremonia homenaje a Isaac Rabin.

Herzog en la ceremonia de Rabin: "Hoy vemos las mismas señales"

En el homenaje al ex primer ministro asesinado, el presidente de Israel alertó sobre el resurgimiento de discursos violentos y divisivos. “Estamos otra vez al borde del abismo”, advirtió.

Idan Blumhoff, Amir Ettinger |
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La ceremonia estatal en memoria del ex primer ministro Isaac Rabin tuvo lugar hoy (lunes) en el Monte Herzl, al cumplirse 30 años de su asesinato. Asistieron el presidente de Israel, Isaac Herzog; el presidente de la Corte Suprema, el juez Yitzhak Amit, y otros altos funcionarios. Los representantes del partido Likud que se esperaba participaran —el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y el presidente de la Knesset, Amir Ohana— no asistieron.
Jonathan Ben Artzi, nieto de Rabin, declaró: “Hace exactamente 30 años, en una sola noche, al final de un día largo y tenso, fue asesinado mi abuelo, Isaac Rabin. En menos de un minuto, con tres disparos cobardes por la espalda, se arrancó de mí el héroe de mi infancia, el orgullo de toda mi vida. Lo asesinó otro judío, extremista, fanático, violento y vil. Uno de los nuestros. La traumática experiencia del asesinato cambió el curso de mi vida, y el de la nación desde entonces hasta hoy".
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Isaac Herzog habla en la ceremonia homenaje a Isaac Rabin.
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(GPO)
"En cada trauma —nacional o personal— hay una oportunidad de cambio. Les llamo a todos: esta vez, aprovechemos la oportunidad que sigue a la tragedia. Hagamos juntos lo que debió ocurrir tras el asesinato del primer ministro: empujemos la extrema radicalidad hacia los márgenes. Apaguemos el odio interno y erradiquemos a quienes lo alimentan. Si actuamos juntos, lo lograremos y reconstruiremos el milagro israelí. Generación del 7 de octubre, héroes de las calles y plazas, sobrevivientes de la masacre, liberados del cautiverio, familias de los caídos y nuestros hermanos marcados por las heridas de la guerra: salgan adelante. Tomen el liderazgo.”
Ben Artzi luego agregó: “Creo que reconstruiremos un país fuerte, próspero, con un ejército sólido. Una democracia liberal y patriótica. Un país ejemplar. Luz para las naciones. Creo que lo lograremos. Y si así ocurre, entonces mi abuelo, que nos observa desde arriba hoy, sabrá que su muerte no fue en vano”.
A su turno, el presidente Herzog expresó: “El asesinato de Rabin fue un intento de asesinar nuestra fe en ser un solo pueblo, en ser hermanas y hermanos. Fue terrorismo político, repugnante, frío y premeditado. Un intento de dañar el derecho democrático de decidir y de cortar el proceso de paz mediante la violencia. Fue una negativa arrogante, sectaria y violenta a aceptar una decisión democrática. Una expresión de odio, así de claro, hacia quien no pensaba como el asesino. Un intento de asesinar el sionismo mismo, ese que enaltece nuestra capacidad de ser parte de un todo incluso en la diferencia”.
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Isaac Herzog habla en la ceremonia homenaje a Isaac Rabin.
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Isaac Herzog: "Fue un intento de asesinar el sionismo".
(GPO)
El presidente añadió: “Si nos paramos aquí y decimos solo que la violencia está prohibida y que nos corroe, no hemos aprendido nada. Si decimos sólo que el asesinato es pecado, eso es obvio. No, hoy debemos decir claramente: tres décadas después, seguimos viendo las mismas señales, quizás más intensas aún: lenguaje duro, vulgar y ofensivo, acusaciones de traición, veneno que se propaga en redes y en el espacio público, violencia en todas sus formas —física y verbal. Es inconcebible que treinta años después de aquellas palabras tajantes de Rabin —‘la violencia es la erosión del fundamento de la democracia israelí’— aún exista en nuestra sociedad una violencia tan amenazante. Es una amenaza estratégica en todo sentido".
"Advierto y alerto –expresó Herzog–: estamos nuevamente al borde del abismo, y el camino debe ser uno solo: ¡tolerancia cero a la violencia! El Estado de Israel, judío y democrático, no es un campo de batalla, sino un hogar. Y en casa no se dispara. No con armas, no con palabras, no con amenazas, no con expresiones, ni siquiera con insinuaciones.”
Más temprano, en la ceremonia de apertura del Día de Conmemoración, Herzog dijo: “La obligación de aprender del asesinato de Rabin sigue vigente, quizás más que nunca. Quiero encender ante todos una luz de advertencia. Una advertencia urgente y penetrante: incluso hoy, treinta años después, seguimos viendo y oyendo cómo la violencia en todas sus formas levanta la cabeza con orgullo. Vemos violencia contra servidores públicos, altos mandos del ejército y del Shin Bet, empleados estatales y líderes de sistemas diversos, incluidos altos funcionarios, fiscales y jueces. Vemos violencia contra representantes electos, miembros de la Knesset de todos los sectores, ministros del gobierno, y amenazas contra un primer ministro elegido y en funciones".
"La obligación de aprender del asesinato de Rabin sigue vigente, quizás más que nunca."
"De forma impactante, estremecedora, incluso aterradora –remarcó el presidente de Israel—, parece que hay quienes olvidan que la violencia no es una herramienta democrática, sino la destrucción de la democracia. Que hay quienes olvidan, o eligen olvidar, que al final del día se trata de personas, seres humanos con familias, israelíes comprometidos que en muchos casos han dedicado su vida al país, al pueblo, a nosotros. Justamente ahora, cuando se aproxima un período electoral, debemos recordar qué es una cultura de desacuerdo por el bien común. Qué es una diferencia que nos hace crecer, que nos construye. Un desacuerdo donde el hermano puede ser rival, pero nunca enemigo. Un desacuerdo que respeta las reglas del juego y los límites del campo, y nos mantiene como un solo pueblo en un solo país —judío y democrático.”
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