Unos 90 miembros de todas las facciones de la Knesset firmaron el miércoles una carta pidiendo a Unilever, empresa matriz de Ben & Jerry's, que revoque de inmediato la decisión del gigante de los helados de no vender sus productos en los asentamientos israelíes.
La marca de helados Ben & Jerry's, que fue adquirida por Unilever en el año 2000 en un acuerdo que le permitía operar con mayor autonomía que otras subsidiarias, tomó su decisión después de la presión de grupos pro palestinos sobre sus sucursales en Israel y los asentamientos judíos en Cisjordania, gestionadas por un socio licenciatario desde 1987.
"De izquierda a derecha, religiosos y laicos, drusos y judíos, hombres y mujeres. Estamos juntos en contra de la escandalosa decisión de Ben & Jerry's Global"
Carta de parlamentarios contra Ben & Jerry's
"En esta carta están las firmas de casi todos los miembros del parlamento israelí, de todo el espectro político", comienza el escrito impulsado por Merav Ben-Ari, parlamentaria por Yesh Atid.
"De izquierda a derecha, religiosos y laicos, drusos y judíos, hombres y mujeres. Estamos juntos en contra de la escandalosa decisión tomada la semana pasada por Ben & Jerry's Global, una empresa propiedad de Unilever International”, agrega.
"Se trata de un comportamiento vergonzoso y abusivo y, sobre todo, una decisión que excluye a grandes sectores del público al que la dirección mundial de Ben & Jerry's aparentemente busca apoyar", escribieron los miembros de la Knesset, en referencia a los palestinos empleados por el distribuidor de la empresa en Cisjordania.
Los legisladores dijeron que la medida "severamente hipócrita" también perjudica a cientos de trabajadores israelíes que trabajan en dos de las fábricas de la compañía en Israel.
"Esta decisión va en contra de la ley israelí: la Ley de Prohibición de Discriminación en Productos y la Ley Anti-boicot de Israel”, afirma la carta, instando a la empresa a reconsiderar su determinación.
"La cooperación entre partidos en la legislatura israelí es una prueba de cuán moralmente distorsionada es la decisión de Unilever", sostuvo la diputada Ben-Ari. "No permitiremos tal interferencia en las leyes del estado, que perjudica a cientos de trabajadores de la industria israelí y cientos de miles que viven en Israel, judíos y árabes".
