Si bien algunas naciones árabes como Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Egipto saludaron el acuerdo de paz alcanzado por Israel y Sudán, otros actores condenaron el tratado. A su vez, en Jartum, capital del país africano, manifestantes en contra de la normalización de relaciones diplomáticas con el Estados judío quemaron banderas israelíes.
Irán, enemigo jurado de Israel y los Estados Unidos, fue uno de los primeros en alzar la voz en contra de la decisión anunciada este viernes en Washington. La República Islámica aseguró que el acuerdo es “falso” y acusó a Jartum de haber pagado un rescate a cambio de que Trump lo elimine de su lista de los estados que apoyan el terrorismo.
"El anuncio de la Casa Blanca sobre Sudán no puede ser más simbólico. Pague lo suficiente, cierre los ojos sobre los crímenes contra los palestinos y será retirado de la supuesta lista negra del terrorismo. La lista es tan falsa como la lucha de Estados Unidos contra el terrorismo”, tuiteó el Ministerio de Relaciones Exteriores iraní.
Por su parte, la Autoridad Palestina condenó y rechazó el tratado, haciendo referencia a Israel como “el país que usurpa la tierra palestina”. Y agregó: "Nadie tiene derecho a hablar en nombre del pueblo palestino y de su causa".
Casi al mismo tiempo, Hazem Qasem, portavoz oficial de Hamás -organización terrorista al frente de la Franja de Gaza- también criticó con dureza el acercamiento. “Es un pecado político que perjudica al pueblo palestino y a su justa causa. Daña también el interés nacional de Sudán (...) y solo beneficia a Netanyahu".
Mientras tanto, en Jartum, capital de Sudán, se informó de una serie de manifestaciones en contra de la normalización de lazos con el Estado judío. Los medios locales aseguraron que se trató de una protesta pequeña y que solo participaron pequeños grupos de izquierda. Los manifestantes instaron al gobierno a dar marcha atrás con la decisión y quemaron banderas de Israel, al mismo tiempo que coreaban: "No nos rendiremos, apoyamos a los palestinos".