El Consejo de Ministros sudanés aprobó el martes una ley que deroga el boicot a Israel en vigor desde 1958, hace 63 años, tras haber aceptado normalizar sus relaciones diplomáticas con Jerusalem a fines de 2020. El texto aún debe ser aprobado por la más alta autoridad del país, el Consejo Soberano.
La legislación prohíbe los intercambios comerciales con el Estado judío, con personas de nacionalidad israelí o con empresas pertenecientes a israelíes. Asimismo, penaliza la importación de productos fabricados (en su totalidad o parcialmente) en el país en cuestión. Hasta el momento, toda persona que viola el boicot puede ser condenada a una pena de prisión de hasta diez años y a severas multas.
Durante décadas, y en especial durante los treinta años del régimen autoritario del expresidente Omar Al Bashir, expulsado del poder en abril de 2019, Sudán mantuvo una línea dura con Israel, mostrándose siempre en contra de cualquier tipo de relación con Jerusalem.
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En 2020, el ministro de Inteligencia de Israel, Eli Cohen, se reunió con el líder sudanés, Abdel Fattah Burhan.
No obstante, el año pasado, con los auspicios de la Casa Blanca, Jartum (al igual que Abu Dhabi, Rabat y Manama) tomó la histórica decisión de establecer vínculos. En parte, se trató de un intento del gobierno de transición por reintegrar a Sudán a la escena internacional, que negoció con Estados Unidos el levantamiento de las sanciones económicas contra su país.
Para que la ley sea oficialmente derogada, todavía deberá pasar por algunas instancias más y ser aprobada por el Consejo Soberano. Sin embargo, se espera que no se produzcan importantes contratiempos.
En consonancia con el anuncio, y siguiendo la línea de la nueva administración de Washington, el Consejo de Ministros también reafirmó su posición en favor de la solución de dos Estados, con la creación de un Estado palestinos conviviendo junto al israelí.
