En la noche del miércoles el gobierno del Líbano anunció las primeras detenciones de implicados en la explosión del puerto de Beirut, que provocó este martes la muerte de al menos 135 personas.
Mientras se tratan las heridas de unas 5.000 víctimas y se busca el paradero de decenas de personas desaparecidas, las autoridades informaron el arresto domiciliario de los responsables operativos de las áreas de almacenamiento y seguridad del puerto de la capital libanesa.
Manal Abdel Samad, ministra de Información del Líbano, indicó que los detenidos quedarán bajo supervisión del ejército y que no podrán salir de sus casas hasta que se esclarezca la cadena de responsabilidades que derivó en la explosión de un depósito de 2.750 toneladas de nitrato de amonio que se almacenaban en el puerto desde el año 2014.
Además, la ministra Samad anunció la conformación de un comité especial de investigación que comenzará a funcionar de inmediato y que dentro de los próximos días presentará sus conclusiones sobre la tragedia del martes en Beirut. “Cualquier sospechoso de esta omisión será investigado”, advirtió.
No está claro cuántos funcionarios están involucrados y qué tan jerárquicos son, pero información recabada por la agencia Reuters indica que las autoridades libanesas estaban al tanto del peligro que representaba la presencia de nitrato de amonio en ese lugar. El gerente del puerto afirmó este mediodía que sabía que esta sustancia era peligrosa, pero no sabía hasta qué punto, y remarcó que esos materiales continuaban en el puerto debido a una orden judicial.
A su vez, el gobierno declaró a Beirut como un “área de desastre”, decretó un estado de emergencia por dos semanas y aprobó una erogación presupuestaria especial cercana a los 66 millones de dólares para asistir a los heridos y compensar a las familias de los fallecidos.
