Este jueves, Irán y las potencias mundiales reanudaron en Viena las conversaciones para intentar rescatar el acuerdo nuclear firmado en 2015. Se trata de un objetivo potencialmente complicado debido a la decisión de Teherán de aumentar su enriquecimiento de uranio y los recientes "sabotajes" a plantas nucleares atribuidos a Israel.
Justo la semana en la que comenzaban las reuniones, la República Islámica envió un mensaje a los demás países involucrados y anunció que enriquecería uranio con una pureza del 60%, un porcentaje cada vez más cercano al 90% necesario para desarrollar armas nucleares. Muchos analistas consideran que se trató de una muestra de poder ante la curiosa explosión producida en sus instalaciones de Natanz el domingo.
Estados Unidos y las partes europeas del acuerdo advirtieron que la medida de enriquecimiento de Teherán era contraria a los esfuerzos por revivir el acuerdo, abandonado por el entonces presidente estadounidense Donald Trump hace tres años. Washington calificó la medida de "provocadora", mientras que las naciones europeas y Arabia Saudita expresaron su preocupación.
El presidente iraní, Hassan Rouhani, reiteró que la República Islámica no tiene intenciones de fabricar una bomba nuclear y pidió a las potencias mundiales que respeten el acuerdo. "No se preocupen por Irán, siempre hemos sido comprometidos con nuestras obligaciones", dijo el mandatario en televisión el jueves.
"Si lo deseáramos podríamos enriquecer uranio con una pureza del 90%, pero no estamos buscando una bomba nuclear. Es sencillo, si los demás vuelven a cumplir plenamente el acuerdo, detendremos el enriquecimiento entre un 60% y un 20%", acotó.
Este último tiempo, Teherán ha dicho en repetidas ocasiones que para volver a los valores negociados en su momento, primero las potencias deben suspender todas las sanciones económicas que rigen en su contra. Sin embargo, Washington y lo europeos no quieren ser los primeros en ceder.
"Va a ser una reunión muy difícil. Nuestra posición es clara. Como dijo ayer nuestro líder, no podemos mantener negociaciones para siempre", declaró un alto funcionario iraní involucrado en las conversaciones. Y añadió: "Todas estas sanciones ilegales e injustas deberían eliminarse. No negociamos nuestros derechos".
El líder supremo de país, el ayatolá Alí Jamenei, quien tiene la última palabra en los asuntos más importantes que incumben al país, dijo el miércoles que Estados Unidos estaba tratando de imponer sus términos para rescatar el acuerdo y que las potencias europeas estaban cumpliendo las órdenes de Washington.
Por su parte, Israel se opone al acuerdo que el presidente estadounidense Joe Biden está tratando de revivir. De hecho, Jerusalem apoyó al expresidente norteamericano Donald Trump cuando se bajó del tratado y reactivó las sanciones económicas contra la República Islámica.
El Estado judío no ha hecho comentarios sobre el incidente de Natanz, pero los informes de la prensa local y estadounidense aseguran que, efectivamente, Israel estuvo detrás de la explosión en el sitio de enriquecimiento.