Un manifestante, el tercero en dos días, murió el martes tras haber recibido una granada lacrimógena en la cabeza en enfrentamientos nocturnos con la policía en la plaza Tahrir de Bagdad, indicaron fuentes médicas y policiales iraquíes.
"Un manifestante, impactado en la cabeza y en el torso por una granada lacrimógena lanzada directamente contra él, murió como consecuencia de las heridas recibidas tras haber sido ingresado en cuidados intensivos", dijo un médico a la AFP.
Otros trece manifestantes resultaron heridos durante la noche, indicaron fuentes médicas.
En la madrugada del lunes dos manifestantes ya habían sido impactados por granadas lacrimógenas en la cara y murieron a consecuencia de ello.
Se trata de los primeros manifestantes muertos desde el nombramiento del gobierno de Mustafa Al Kazimi, hace menos de tres meses.
Desde octubre de 2019 el movimiento de protesta que denuncia la corrupción y pide empleos y servicios eficaces sufrió 550 muertos, con 30.000 heridos y decenas de activistas asesinados o secuestrados.
Kazimi prometió aclarar todos los casos y el lunes pidió que se preserve el "legítimo derecho" a manifestarse.
Pero unas horas más tarde, las fuerza de seguridad lanzaban de nuevo granadas lacrimógenas para dispersar a decenas de iraquíes.
Los manifestantes están exasperados entre otras cosas por los cortes de electricidad que les dejan sin ventilación, en uno de los países más calurosos del mundo.
