La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), enfrentada a graves problemas financieros desde 2018, pidió el viernes una ayuda de emergencia cercana a los 100 millones de dólares para responder a las consecuencias del coronavirus.
Desde hace dos años la UNRWA se debilitó económicamente luego de que Estados Unidos, su principal donante, retirara su apoyo a la institución que tiene a su cargo escuelas y presta atención médica primaria a unos cinco millones de refugiados en Jordania, Líbano, Siria, Judea y Samaria y la Franja de Gaza.
En julio de 2019 un informe del departamento de ética de la UNRWA, enviado al secretario general de la ONU, denunció abusos de poder cometidos por un grupo de funcionarios de alto rango. El documento señalaba "actuaciones con carácter sexual inapropiadas, nepotismo, represalias, discriminaciones y demás abusos de autoridad, (cometidos) con fines personales y para reprimir divergencias de opinión legítimas".
Aunque el número de contagios en los territorios palestinos es bajo (350 casos y dos fallecidos en Judea y Samaria, y apenas 20 infectados en Gaza), la UNRWA pide asistencia para afrontar las consecuencias sociales, económicas y humanitarias surgidas del COVID-19.
Para ello envió a sus donantes un pedido de ayuda excepcional de 93 millones de dólares, semanas después de que en marzo solicitara una primera asistencia de 14 millones de dólares.
"La agencia atraviesa la crisis financiera más grave de su historia y el coronavirus tuvo un efecto devastador", explicó Elizabeth Campbell, responsable de la agencia en Washington, quien agradeció el "apoyo esencial y sin precedentes" de los países del Golfo.
"Si reducimos nuestro presupuesto, los servicios de base se verán mermados, habrá que cerrar escuelas y centros médicos", avisó por su parte Gwyn Lewis, responsable de la agencia en Judea y Samaria.