El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, instó el lunes a Israel a "detener y revertir" su decisión de la semana pasada de construir cientos de nuevas viviendas para colonos en Cisjordania.
Israel aprobó el domingo la construcción de 780 nuevas viviendas, ordenada el lunes pasado por el primer ministro Benjamín Netanyahu. La decisión es "un gran obstáculo para el logro de la solución de dos Estados y una paz justa, duradera y completa", expresó Guterres en un comunicado.
"El establecimiento por parte de Israel de asentamientos en el territorio palestino ocupado desde 1967, incluida Jerusalem Oriental, no tiene validez jurídica y constituye una violación flagrante del derecho internacional”, continuó.
"La expansión de los asentamientos erosiona aún más la posibilidad de poner fin a la ocupación y establecer un Estado palestino soberano contiguo y viable, basado en las fronteras anteriores a 1967", concluyó Guterres.
La decisión también fue condenada por la Unión Europea, el Reino Unido, miembros de la oposición israelí y el observatorio de asentamientos “Shalom Achshav”, entre otros. El Reino Unido declaró el lunes que estaba "seriamente preocupado" por la decisión del gobierno y le pidió que pusiera fin al proyecto "inmediatamente".
"Los asentamientos son ilegales según el derecho internacional y corren el riesgo de socavar la viabilidad física de la solución de dos Estados", expresó el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores británico.
Los asentamientos israelíes en Cisjordania son considerados ilegales por gran parte de la comunidad internacional. Actualmente hay unos 450.000 colonos israelíes en Cisjordania, que viven entre una población de unos 2,8 millones de palestinos.