El presidente electo de Irán, Ebrahim Raisi, dijo este lunes que no permitirá negociaciones nucleares "por negociar", en su primera conferencia de prensa desde que asumió.
Raisi, de 60 años, ganó las elecciones celebradas el último viernes en las que más de la mitad de los votantes se mantuvieron al margen, después de que muchos "pesos pesados" de la política fueran excluidos para presentarse y mientras el país se ve golpeado por una crisis económica impulsada por las sanciones de Estados Unidos.
Este clérigo ultraconservador que dirige el poder judicial de Irán, sustituirá en agosto al presidente Hassan Rouhani, cuyo logro histórico fue el acuerdo nuclear de 2015 entre Irán y las potencias mundiales.
"Cualquier negociación que garantice los intereses nacionales será ciertamente apoyada, pero... no permitiremos que las negociaciones sean solo por el bien de la negociación", dijo Raisi, añadiendo que su elección se produjo tras una participación "masiva" de los votantes.
El acuerdo de 2015 supuso que Irán aceptara límites a sus capacidades nucleares a cambio de un alivio de las sanciones, pero el expresidente estadounidense Donald Trump se retiró unilateralmente tres años después y aumentó las sanciones.
El sucesor de Trump, Joe Biden, ha advertido en las últimas semanas de su disposición a volver al acuerdo y los Estados Unidos junto a China, Rusia, Gran Bretaña, Francia y Alemania han estado negociando su reactivación en Viena.
"Cualquier negociación que garantice los intereses nacionales será ciertamente apoyada, pero... no permitiremos que las negociaciones sean por el bien de la negociación"
Ebrahim Raisi, presidente electo de Irán
Raisi, que está sometido a sanciones impuestas por Estados Unidos por las ejecuciones de presos políticos en 1988, ha negado en el pasado haber participado en los asesinatos. De hecho, en la conferencia de prensa de este lunes, dijo que "siempre" ha defendido los derechos humanos.
"Todo lo que he hecho a lo largo de mis años de servicio ha sido siempre para defender los derechos humanos", dijo el presidente electo iraní, al mismo tiempo que acusó a Occidente de violar los derechos humanos.
También ha sido enfático en negar una posible reunión con Biden.
"No", fue su respuesta rotunda a la pregunta de un medio de comunicación estadounidense sobre si se reuniría con su futuro homólogo en el caso de que las conversaciones lleven a que Estados Unidos levante las sanciones a Irán, y para intentar "arreglar" los problemas entre los dos archienemigos.
Aunque sí se mostró abierto a restablecer los lazos con Arabia Saudita, un "enemigo regional" para el país de Medio Oriente.
"No hay obstáculos por parte de Irán para restablecer las embajadas... no hay obstáculos para reparar los lazos con Arabia Saudita", dijo, ya que se están llevando a cabo conversaciones para tratar de acercar a las dos potencias rivales que no mantienen lazos diplomáticos desde 2016.
Lazos que se rompieron cuándo manifestantes iraníes atacaron las misiones diplomáticas saudíes tras la ejecución por parte del reino de un venerado clérigo chií.
Raisi, cuyo turbante negro significa que desciende directamente del profeta Mahoma, se considera cercano al líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, de 81 años, que ostenta el poder político supremo en Irán.
Su victoria había sido ampliamente esperada después de que el Consejo de Guardianes, formado por 12 clérigos y juristas, aprobara sólo siete candidatos, todos ellos hombres, de un grupo de casi 600 aspirantes.
Tres de esos candidatos aprobados abandonaron dos días antes de la votación.
