Catar ha llamado a cientos de civiles, incluidos diplomáticos convocados desde el extranjero, para el servicio militar obligatorio que operará puestos de control de seguridad en los estadios de la Copa del Mundo, según una fuente y documentos vistos por Reuters.
El despliegue de reclutas, algunos de los cuales normalmente diferirían el servicio nacional porque su trabajo se considera vital, destaca el desafío logístico que enfrenta el pequeño estado árabe del Golfo, que albergará uno de los torneos deportivos más grandes del mundo.
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Estadio Lusail. Vista general de la sede donde se jugará la final del Mundial 2022.
(Reuters)
Los reclutas están entrenando para manejar las colas de seguridad del estadio, registrar a los fanáticos y detectar contrabando como alcohol, drogas o armas ocultas en el cuerpo, en la ropa o incluso en vientres falsos, según materiales de capacitación vistos por Reuters.
Catar tiene una población de 2,8 millones de habitantes, de los cuales apenas 380.000 son ciudadanos qataríes, y espera una afluencia sin precedentes de 1,2 millones de visitantes para el torneo. Ya tiene un acuerdo con Turquía, que le suministrará 3.000 policías antidisturbios.
A los civiles se les dijo que habían sido llamados para ayudar con la Copa del Mundo y que era su "deber patriótico" hacerlo, dijo la fuente. "La mayoría de las personas están allí porque tienen que estar, no quieren meterse en problemas", añadió la fuente consultada.
Cuando se le pidió comentarios, un funcionario del gobierno de Catar dijo que el programa de servicio nacional de Catar continuaría con normalidad durante la Copa del Mundo. "Los reclutas proporcionarán apoyo adicional durante el torneo como parte del programa regular, tal como lo hacen cada año en los principales eventos públicos, como las celebraciones del Día Nacional", agregó el comunicado.
Desde 2014, los hombres cataríes de entre 18 y 35 años se han entrenado con el ejército durante al menos cuatro meses como parte del servicio nacional obligatorio introducido por el emir, el jeque Tamim bin Hamad al-Thani. Esquivar el deber puede incurrir en un año de prisión y una multa de 50.000 riales cataríes (13.700 dólares).
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Vista general del Centro de Llegada de Aficionados al Fútbol en la frontera entre Catar y Arabia Saudita, establecido para dar la bienvenida a los fanáticos que viajan por tierra para la Copa Mundial 2022.
(Reuters)
Seguridad con una sonrisa
El objetivo es menos impulsar las fuerzas armadas y más construir disciplina y "mejorar la cohesión social y la unidad nacional", según Eleonora Ardemagni, investigadora asociada sobre el Golfo y Yemen en el Instituto Italiano de Estudios Políticos Internacionales.
En los últimos años, los reclutas cataríes han participado en las celebraciones del día nacional y en los arreglos para el día nacional del deporte. Los diplomáticos en el extranjero han podido aplazar su servicio.
Catar ha hecho regresar a diplomáticos de varias misiones en el extranjero, incluidos Estados Unidos, China y Rusia. Se espera que los diplomáticos regresen a sus puestos después de la Copa del Mundo.
Catar ha hecho regresar a diplomáticos de varias misiones en el extranjero, incluidos Estados Unidos, China y Rusia.
Los reclutas se reportan al campamento de servicio nacional cinco días a la semana, donde asisten a sesiones de entrenamiento realizadas por funcionarios de la división de seguridad de los organizadores de la Copa Mundial de Qatar, el Comité Supremo para la Entrega y el Legado, dijo la fuente.
Se les enseña a acercarse a los fanáticos con "lenguaje corporal positivo, enfoque y una sonrisa", dijo la fuente, para cumplir con la Declaración Universal de Derechos Humanos y evitar discriminar a los fanáticos sobre cualquier base, dijo la fuente.
La capacitación también incluye simulacros de marcha de una hora de duración en el patio de armas.
El estadio Lusail, con capacidad para 80.000 espectadores, construido para la final, tuvo su primera multitud cercana a su capacidad a principios de este mes. Los aficionados que salían del estadio hicieron cola durante horas para el metro y los organizadores se quedaron sin agua en el medio tiempo en una calurosa noche de finales de verano en el Golfo.
Los organizadores de la Copa del Mundo tienen la intención de relajar las estrictas leyes de Catar que limitan la venta pública de alcohol, y permitirán que se sirva cerveza cerca de los estadios unas horas antes de que comiencen los partidos.
