El Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán afirmó este miércoles que Arabia Saudita expresó su interés de reanudar las negociaciones con Teherán, su principal adversario en Medio Oriente con quien no mantiene relaciones diplomáticas desde hace seis años.
“Las conversaciones fueron positivas, ambas partes están interesadas en continuar las reuniones”, afirmó Nasser Kahani, vocero de la cancillería iraní, en referencia a una serie de contactos que se interrumpieron en abril.
Según Kahani, la reanudación de las negociaciones se retrasó por “los esfuerzos para dar un paso importante en la próxima reunión”. Desde el reino saudí no se pronunciaron sobre el supuesto deseo de reanudar las conversaciones con Irán, aunque en mayo el Ministerio de Relaciones Exteriores saudí afirmó que “los avances logrados eran insuficientes”.
El anuncio iraní se produce poco después de que Joe Biden, presidente de Estados Unidos, aterrizó en Israel en la primera escala de una gira por Medio Oriente que el próximo viernes continuará en Arabia Saudita. Entre otras cosas, se estima que el objetivo del viaje de Biden es fomentar un acercamiento entre Jerusalem y Riad para afrontar la amenaza nuclear iraní con un mayor grado de cooperación.
Arabia Saudita es considerado el país líder del mundo musulmán sunita mientras que Irán, su mayor adversario en la región, es la mayor potencia musulmán chiíta. Las relaciones entre los dos países tuvieron altibajos durante años, y se deterioraron significativamente en 2015 por el desacuerdo saudí con el acuerdo nuclear firmado entre Irán y las principales potencias del mundo.
Las relaciones diplomáticas se rompieron definitivamente en enero de 2016, luego de un ataque contra la embajada saudí en Teherán y al consulado en la ciudad de Mashhad. En 2018 recrudeció el conflicto cuando Arabia Saudita apoyó la retirada estadounidense del acuerdo nuclear.
El año pasado, en paralelo a las conversaciones entre Irán y Estados Unidos para tratar de restaurar el acuerdo nuclear, Teherán y Riad comenzaron a conversar a través de la mediación de Irak. Las partes discuten, entre otras cosas, los ataques de rebeldes hutíes de Yemén, aliados de Irán, contra objetivos saudíes. Estos ataques cesaron en los últimos meses a partir de un alto al fuego mediado por la ONU, y desde la Casa Blanca pretenden que la calma se vuelva permanente.
A su vez, Washington busca comprar petróleo a Arabia Saudita y de esa manera descomprimir la suba de precios de la energía que se dispararon desde el inicio de la guerra en Ucrania. A cambio los saudíes, el mayor socio de Estados Unidos en el Golfo, piden que Washington suprima su política de vender a Riad solamente armas defensivas.