Un tribunal francés condenó anoche (miércoles) a Yassin Mihoub, quien asesinó a Mirielle Knoll, una sobreviviente del Holocausto de 85 años, en su apartamento de París en 2018. El crimen conmocionó a Francia, y en aquellos días se llevaron a cabo manifestaciones contra el antisemitismo y el racismo en todo el país.
El hijo de Knoll, Daniel, declaró ante el tribunal que cuando su madre recibió en su casa a Mihoub, quien solía realizar trabajos informales en el lugar, “nunca esperó que la persona a la que había protegido durante tantos años se convirtiera en su verdugo”
En marzo de 2018, Knoll fue apuñalada 11 veces en su apartamento de París. El apartamento fue incendiado después del asesinato junto con su cuerpo. Mihoub, de 31 años, era vecino de la víctima. De hecho, el hijo de la mujer asesinada afirmó que el hombre habitualmente se hospedaba en la casa de su madre. Durante la investigación del asesinato, se alegó que Mihoub tenía una actitud "ambivalente" hacia el extremismo islámico.
El hijo de Knoll, Daniel, declaró ante el tribunal que cuando su madre recibió en su casa a Mihoub, quien solía realizar trabajos informales en el lugar, “nunca esperó que la persona a la que había protegido durante tantos años se convirtiera en su verdugo”.
El segundo acusado, un vagabundo de 25 años con problemas de salud mental llamado Alex Carrimbacus, fue sobreseído por asesinato, pero condenado por robo motivado por el antisemitismo y sentenciado a 15 años de prisión. En su última declaración ante el tribunal ayer, dijo a la familia de Knoll que lamentaba no haber evitado el ataque, el cual la fiscalía describió como "particularmente salvaje". Según informes franceses, los dos supuestamente se conocieron en prisión. Tienen antecedentes penales y se acusaron mutuamente de asesinato durante el juicio de tres semanas de duración.
El asesinato fue calificado como antisemita después de que Carrimbacus dijera a los investigadores que escuchó a Mihoub discutir con la víctima el día de su muerte "sobre el dinero y la riqueza de los judíos"
El tribunal sostuvo que el asesinato, que comenzó como un robo, fue alimentado por "un amplio contexto de antisemitismo" y "prejuicios" sobre la supuesta riqueza del pueblo judío, lo que llevó al asesino a creer que Knoll "escondía tesoros" en la casa de ella. El asesinato conmocionó a Francia, aún más debido al hecho de que Knoll sufría de Parkinson y tenía dificultades para desplazarse.
El asesinato fue calificado como antisemita después de que Carrimbacus dijera a los investigadores que escuchó a Mihoub discutir con la víctima el día de su muerte "sobre el dinero y la riqueza de los judíos". También afirmó que el asesino, que había sido condenado anteriormente por delitos violentos, gritó "Allahu akbar" mientras apuñalaba a Knoll. La fiscalía también señaló que se encontraron mensajes en su celda de detención glorificando los ataques yihadistas, lo que supuestamente prueba que sostiene posturas antisemitas.
Luego del asesinato, alrededor de 30.000 personas asistieron a la marcha principal en memoria de Knoll, a la que también acudieron ministros del Gobierno francés y líderes de diferentes facciones políticas del país europeo. El presidente Emmanuel Macron asistió a su funeral y dijo que los atacantes "profanaron nuestros valores sagrados y nuestra historia".
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Manifestación contra el antisemitismo y el racismo en París luego del asesinato de Mirielle Knoll.
(Reuters)
A la edad de 9 años, Knoll huyó con su madre de la París ocupada por los nazis a Portugal, y así logró evitar la deportación de los judíos de la capital francesa en 1942. Más de 13.000 judíos fueron trasladados a un complejo en el distrito 15 de la ciudad y luego enviados a los campos de exterminio. Después del Holocausto, Knoll regresó a París y se casó con un sobreviviente de la Shoá que falleció a principios de la década del 2000.
Knoll fue asesinada un año después de que Sarah Halimi, una judía de 65 años, fuera arrojada a la muerte desde el balcón de su casa en París por un joven musulmán que residía cerca de su casa. La fiscalía afirmó que se trató de un ataque antisemita, pero este año el tribunal dictaminó que el hombre, que estaba bajo la influencia de drogas en ese momento, no era responsable de sus acciones y, por lo tanto, no debía ser procesado por el asesinato. La decisión causó un gran repudio generalizado en Francia.
