Los gobernantes de Hamás en Gaza han impuesto una serie de nuevos impuestos sobre la ropa y los suministros de oficina importados justo antes del nuevo año escolar, lo que provocó protestas limitadas pero que son poco frecuentes en la empobrecida franja costera.
La medida instrumentada por Hamás se produce en un momento en que los 2,3 millones de habitantes de Gaza sufren no sólo un bloqueo israelí-egipcio que lleva 15 años, sino también cuando está en marcha un nuevo salto en los precios causado por problemas de la cadena de suministro global y la invasión rusa de Ucrania.
"Esta es una decisión equivocada y opresiva que destruye la economía nacional", dijo Nahed al-Sawada, quien importa ropa de China y de Turquía.
Una lista del Ministerio de Economía incluye impuestos planificados sobre artículos como nueces envasadas, con un arancel de importación de 2.000 shekels (casi u$d 600) por tonelada. En el pasado, las nueces se importaban libres de impuestos. El arancel sobre una tonelada de papel higiénico aumentó de u$d 90 a u$d 580. Los impuestos entrarán en vigor el 1 de agosto.
La lista también incluye un impuesto de alrededor de u$d 3 en el par de jeans, y u$d 230 en una tonelada de carpetas de plástico utilizadas para almacenar papeles. La demanda de estos artículos aumenta antes del año escolar.
Emad Abdelhadi, representante del sindicato de comerciantes de ropa de Gaza, dijo que un par de jeans nuevo se vende por entre 3 y 10 dólares, y que el nuevo impuesto representará una carga injusta para los consumidores.
En un territorio que sufre una pobreza desenfrenada y un desempleo cercano al 50%, dijo que muchos habitantes de Gaza buscan ropa usada para comprar. Los nuevos impuestos, dijo, "los privarán de la capacidad de comprar".
La economía de Gaza ha sido duramente golpeada por el bloqueo israelí-egipcio, impuesto cuando Hamás tomó el poder en 2007. Israel dice que el bloqueo es necesario para evitar que Hamás se arme, pero quienes critican esta decisión política alegan que las restricciones, que incluyen límites estrictos a las exportaciones, equivalen a un castigo colectivo para toda la población.
El gobierno de Hamás no es reconocido internacionalmente e Israel y sus aliados occidentales consideran al grupo como una organización terrorista, que se opone a la existencia de Israel y que en el pasado ha organizado atentados suicidas mortales contra ciudadanos israelíes.
Israel y Hamas han librado cuatro guerras desde la toma del poder por Hamás, lo que ha tensado aún más la deteriorada infraestructura del territorio. La electricidad es escasa, el agua del grifo no se puede beber y el sistema de atención médica está en ruinas.
Con decenas de miles de funcionarios públicos que apoyar, así como su fuerte gasto en su ala militar, no es de extrañar que Hamás esté buscando nuevas fuentes de ingresos. Aun así, el momento es cuestionable, pues llega en un momento en que la invasión rusa de Ucrania ha elevado los precios al consumidor en todo el mundo.
Las autoridades de Hamás dicen que los nuevos impuestos están destinados a proteger a las industrias locales. Pero los expertos y los empresarios desafían este argumento, ya que las materias primas que tanto se necesitan ahora están siendo gravadas.
Mohammed Abu Jayyab, economista, dijo que los impuestos no han protegido a los fabricantes locales porque el gobierno todavía grava las materias primas y las líneas de producción.
Un portavoz del Ministerio de Economía de Gaza no respondió a las solicitudes de comentarios.
Hamas no publica cifras sobre sus recursos de financiamiento o presupuestos, pero los últimos pasos son parte de una serie de impuestos dirigidos a una amplia gama de sectores, desde vendedores ambulantes que venden bebidas calientes hasta restaurantes, construcción de viviendas y automóviles.
El gobierno ofrece pocos servicios a cambio, y la mayoría de los proyectos de ayuda y socorro son cubiertos por la comunidad internacional. Los fondos ayudan a Hamas a operar el gobierno y su poderoso brazo armado.
Las protestas contra Hamas son raras y a menudo se enfrentan con la fuerza represiva. Pero a principios de este mes, alrededor de dos docenas de miembros del sindicato de comerciantes de ropa expresaron su frustración en público. Se pararon dentro del edificio que alberga su sindicato en la ciudad de Gaza y sostuvieron pares de jeans nuevos, con las etiquetas de precio todavía en ellos, en el aire, durante aproximadamente media hora.
"Con estas decisiones, han emitido una sentencia de muerte contra la industria"
Dos días después, los comerciantes se reunieron frente a las oficinas de los legisladores de Hamás. La policía impidió que los medios filmaran y ordenó que la protesta se detuviera después de permitir que los representantes del sindicato hablaran con los legisladores. La protesta terminó pacíficamente.
"Los legisladores reconocieron que los impuestos eran altos y dijeron que lo investigarán", señaló Abdelhadi, el representante sindical. Pero dijo que no esperaba un resultado positivo. "Con estas decisiones, han emitido una sentencia de muerte contra la industria", se lamentó.