El líder supremo de Irán calificó el miércoles a Estados Unidos de "terco" por el estancamiento de las conversaciones nucleares en Viena, por discutir los misiles y la influencia regional de Teherán, lo que probablemente indica más trabas para las negociaciones.
Los comentarios del líder supremo, el ayatolá Ali Khamenei, se producen cuando su protegido de línea dura, el presidente electo Ebrahim Raisi, está a punto de tomar posesión, la próxima semana, como jefe del gobierno civil del país.
Si bien Raisi ha dicho que quiere volver al acuerdo nuclear –que permitió que Irán limitara su capacidad de enriquecer uranio a cambio del levantamiento de las sanciones económicas–, Khamenei aparentemente pidió un enfoque más antagónico en sus comentarios. El líder supremo también pareció describir el gobierno de ocho años del presidente saliente Hassan Rouhani como ingenuo, por su enfoque para alcanzar el acuerdo de 2015, incluso cuando Rouhani y su gabinete se sentaron ante él en una reunión de despedida.
“Otros deberían usar sus experiencias. Esta experiencia es una desconfianza hacia Occidente ”, dijo Khamenei en declaraciones transmitidas por la televisión estatal. "En este gobierno, se demostró que la confianza en Occidente no funciona", y añadió: "Los occidentales no nos ayudan, golpean donde pueden".
El Departamento de Estado de EE. UU. no respondió de inmediato a una solicitud de respuesta a estos comentarios. Días antes, la administración Biden criticó a Irán por decir que Estados Unidos había retrasado un posible acuerdo de intercambio de prisioneros, calificándolo de "un esfuerzo escandaloso para desviar la culpa por el estancamiento actual".
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia, Agnes Von Der Muhll, también dijo a los periodistas el lunes que era "urgente que Irán regrese a la mesa de negociaciones".
"A través de sus acciones, Irán continúa exacerbando la situación nuclear", dijo. “Si continúa por este camino, no sólo retrasará el momento en que se pueda llegar a un acuerdo que prevea el levantamiento de las sanciones, sino que podría comprometer la posibilidad misma de concluir las conversaciones de Viena y restablecer el” acuerdo.
En sus declaraciones del miércoles, Khamenei describió a los negociadores estadounidenses como prometiendo verbalmente levantar las sanciones, pero dijo que cualquier regreso al acuerdo nuclear debe "incluir una sentencia" sobre la negociación de otros temas.
Hassan Rouhani, presidente saliente, se sentó a un lado en la oficina de Khamenei durante la reunión junto con su vicepresidente senior, mientras que los funcionarios de su gobierno se sentaron ante el líder supremo en sillas socialmente distanciadas en medio del furioso brote de coronavirus en el país. Todos llevaban máscaras, lo que dificultaba ver sus expresiones mientras Khamenei criticaba cualquier acercamiento a Occidente y sólo elogiaba a "algunos" de los diplomáticos del país frente al ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif.
“Los occidentales no nos ayudan, golpean donde pueden”, señaló Khamenei. También dijo en otro momento: "No ayudan, son enemigos".
Según el acuerdo, Irán acordó limitar su enriquecimiento de gas de uranio a sólo un 3,67% de pureza, que puede usarse en plantas de energía nuclear pero está muy por debajo de los niveles de grado de armas del 90%. También impuso un límite estricto a las existencias de uranio de Irán a sólo 300 kilogramos (661 libras). Teherán también se comprometió a utilizar sólo 5.060 de sus centrifugadoras de primera generación, los dispositivos que hacen girar el gas uranio para enriquecerlo.
El entonces presidente Donald Trump retiró unilateralmente a Estados Unidos del acuerdo en 2018. Hoy, Irán ha roto todos los límites que acordó en virtud del acuerdo. Ahora enriquece pequeñas cantidades de uranio hasta un 63% de pureza, su nivel más alto hasta la fecha. También hace girar centrifugadoras mucho más avanzadas y más que las permitidas por el acuerdo, lo que preocupa a los expertos en no proliferación nuclear, aunque Teherán insiste en que su programa es pacífico.
La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) tampoco ha podido acceder a sus cámaras de vigilancia en los sitios nucleares iraníes desde fines de febrero, ni a los datos de sus monitores de enriquecimiento en línea y sellos electrónicos, lo que obstaculiza la capacidad de monitoreo del organismo de control nuclear de la ONU.
Las tensiones por el colapso del acuerdo nuclear se han extendido por todo el Medio Oriente en forma de ataques y sabotajes. Mientras tanto, la ya debilitada economía de Irán ha sufrido aún más, lo que provocó una drástica devaluación de su moneda y ha causado protestas.
Esas protestas han renovado la atención del gobierno en las redes sociales del país, ya que aplicaciones extranjeras como Instagram, de Facebook, y WhatsApp han ayudado a difundir videos de las manifestaciones.
El miércoles, el parlamento de Irán acordó discutir un proyecto de ley que requiere que las empresas de redes sociales tengan una oficina en Irán y estén registradas con el gobierno. De no hacerlo, las autoridades los prohibirían. El proyecto de ley también le quita el control de Internet al gobierno civil y lo coloca bajo control de las fuerzas armadas.
Los partidarios de la línea dura en el gobierno han visto desde hace mucho tiempo la mensajería social y los servicios de medios como parte de una "guerra blanda" de Occidente contra la República Islámica. Irán ha bloqueado durante mucho tiempo el acceso a muchos sitios web de redes sociales, como Facebook, Twitter y YouTube.
