El presidente ruso, Vladimir Putin, reclamó la victoria en la mayor batalla de la guerra de Ucrania el jueves, declarando el puerto de Mariúpol "liberado" después de casi dos meses de asedio, a pesar de que cientos de defensores aún resisten dentro de una metalúrgica gigante.
En una reunión televisada con su ministro de defensa dentro del Kremlin, Putin dijo que no había necesidad de una confrontación final con los últimos defensores que fueron encerrados después de sobrevivir a casi dos meses del asedio de Rusia.
"Considero innecesario el asalto propuesto a la zona industrial", dijo al ministro de Defensa, Sergei Shoigu, en una reunión televisada en el Kremlin. "Te ordeno que lo canceles", agregó.
"No hay necesidad de subir a estas catacumbas y arrastrarse bajo tierra a través de estas instalaciones industriales. Bloqueen esta zona industrial para que ni siquiera una mosca pueda pasar", ordenó.
Shoigu estimó que 2.000 combatientes ucranianos permanecían dentro de la planta. Putin les pidió que depusieran las armas y se rindieran, diciendo que Rusia los trataría con respeto.
Cuando se le pidió que comentara sobre la decisión de Rusia de bloquear la metalúrgica en lugar de asaltarla, la portavoz del Ministerio de Defensa de Ucrania dijo que la medida atestiguaba las "tendencias esquizofrénicas" de Putin y no dio más respuesta.
La declaración de victoria de Putin le permite reclamar su primer gran premio desde que sus fuerzas fueron expulsadas del norte de Ucrania el mes pasado después de no poder capturar la capital, Kiev.
Sufrimiento civil
Mariupol, que una vez fue el hogar de 400.000 personas, ha sido el escenario de los peores combates de la guerra y su peor catástrofe humanitaria, con cientos de miles de civiles aislados durante casi dos meses bajo el asedio y el bombardeo ruso.
Los periodistas que llegaron durante el asedio encontraron calles llenas de cadáveres, casi todos los edificios destruidos y residentes acurrucados en sótanos helados, aventurándose a cocinar sobras en estufas improvisadas o enterrar cuerpos en jardines.
Dos incidentes en particular se convirtieron en símbolos de lo que Kiev y Occidente llaman crímenes de guerra rusos: el bombardeo de un hospital de maternidad y, una semana después, de un teatro con cientos de civiles en el sótano. Moscú niega haber atacado a civiles y sostiene que esos incidentes fueron falsos.
Ucrania estima que decenas de miles de civiles han muerto en Mariúpol. Dice que algunos han sido enterrados en fosas comunes, otros retirados de las calles por las fuerzas rusas que utilizan camiones de cremación móviles para incinerar los cuerpos. Las Naciones Unidas y la Cruz Roja dicen que aún se desconoce el número de víctimas civiles, pero al menos en miles.
La campaña rusa intensificada para apoderarse de grandes extensiones del este de Ucrania ha disminuido aún más las posibilidades de que las conversaciones de paz interrumpan y produzcan un acuerdo rápido para poner fin a la guerra.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que Moscú todavía estaba esperando la respuesta de Kiev a una propuesta que había entregado.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, dijo el miércoles que no había visto ni escuchado sobre el documento que el Kremlin dijo haber enviado.
Sin rendición
Shoigu le dijo a Putin que Rusia había matado a más de 4.000 soldados ucranianos en su campaña para tomar Mariúpol y que 1.478 se habían entregado. Esas cifras no pudieron ser verificadas. Dos de los que se rindieron son británicos.
Azovstal es una de las instalaciones metalúrgicas más grandes de Europa, con una superficie de 11 kilómetros cuadrados, con enormes edificios, búnkeres subterráneos y túneles.
La viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, dijo que un corredor humanitario acordado para evacuar a los civiles de la fábrica no había funcionado según lo planeado, y culpó a las fuerzas rusas. Dijo que había que sacar de inmediato a 1.000 civiles y 500 soldados heridos.
El martes, un comandante del batallón nacionalista de extrema derecha Azov, una antigua milicia ahora incorporada a la guardia nacional de Ucrania, rechazó el llamado de Rusia a rendirse pero instó a que se rescatara a los civiles.
“No aceptamos las condiciones establecidas por la Federación Rusa sobre la entrega de nuestras armas y la entrega de nuestros defensores como prisioneros”, dijo Svyatoslav Palamar en un mensaje de video.
Rusia ha bloqueado todos los esfuerzos de Ucrania para enviar ayuda a Mariúpol o enviar autobuses para evacuar a los civiles al territorio controlado por Ucrania, y Kiev lo acusa de deportar a la fuerza a decenas de miles de residentes a Rusia.
Moscú dice que Rusia ha acogido a 140.000 civiles de Mariupol en evacuaciones humanitarias. Kiev dice que algunos fueron deportados por la fuerza, en lo que sería un crimen de guerra.
El golpe a Donbas
Mariúpol es el vínculo que Moscú necesita para proporcionar una conexión segura entre el territorio controlado por los separatistas que respalda en la región de Donbas, en el este de Ucrania, y Crimea, la península que se apoderó en 2014.
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Un soldado ucraniano de pie junto a un lanzador de misiles antitanque Javelin, en la región de Donbas, Ucrania oriental.
(Reuters)
También es el principal puerto de Donbas, dos provincias que Moscú exige que Ucrania ceda por completo a los separatistas en lo que el Kremlin ahora describe como el principal objetivo de la guerra.
Después de no poder capturar Kiev el mes pasado y verse obligada a retirarse del norte de Ucrania, Rusia se reagrupó para lanzar una nueva ofensiva importante esta semana en Donbas, presionando desde varias direcciones para tratar de rodear a las tropas ucranianas.
Ucrania dijo que las fuerzas rusas no han logrado capturar completamente Rubizhne, una ciudad de Donbas que ha sido el foco de su avance. La ciudad de Járkov, cerca de las líneas de suministro rusas a Donbas, fue objeto de fuertes bombardeos, dijo su alcalde.
La inteligencia militar británica dijo que las fuerzas rusas estaban ansiosas por demostrar un éxito significativo para el 9 de mayo, el aniversario de la victoria aliada en Europa en la Segunda Guerra Mundial.
Rusia llama a su incursión una "operación militar especial" para desmilitarizar y "desnazificar" Ucrania. Kiev y sus aliados occidentales lo rechazan como un falso pretexto para una guerra de agresión ilegal.
