El control de Irán sobre Siria está perdiendo fuerza, Israel es la octava superpotencia militar líder del mundo y Hamás anhela un acuerdo a largo plazo con Israel.
Esto es solo una pizca de las palabras que se han derramado de la boca de nuestro liderazgo en las últimas semanas, y es todo propaganda electoral, por supuesto.
Están tratando de crear esta falsa pretensión de poder y representar a Israel como un imperio.
Esta es la misma arrogancia ominosa que plagó al país justo antes del estallido de la Guerra de Yom Kippur en 1973 o la Primera Guerra del Líbano en 1982.
¿En que se basó el ministro de Defensa, Naftali Bennett, para determinar que el control de Irán sobre Siria está perdiendo fuerza?
Dudo mucho que la inteligencia israelí pueda proporcionarnos un informe claro de la situación sobre un cambio de estrategia tan marcado por parte de Irán, solo un mes después de que Estados Unidos asesinara a Qasem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds en el Cuerpo de Guardias Revolucionarios de Irán (IRGC) .
Algunos en Israel parecen subestimar al heredero de Soleimani, Esmail Ghaani, así como subestimaron al ex presidente egipcio Anwar Sadat o al secretario general de Hezbollah Hassan Nasrallah.
El limitado poder político de Ghaani podría llevarlo a tomar decisiones militares mucho más aventureras.
No hay duda de que el IRGC actualmente está pasando por una reestructuración.
Otro signo ominoso para Israel es el nombramiento de Mohammad Hejazi, el comandante del regimiento de Líbano del IRGC y uno de los capitanes de su proyecto secreto de misiles guiados de precisión con Hezbollah, como el segundo al mando de Ghaani.
Pero en solo un mes, Bennett ha logrado cambiar la situación en Siria con su aliento, tal como lo hizo en Gaza.
La indulgencia que se le ha otorgado a Hamás en los últimos días es el hijo bastardo de una fantasía que el Estado de Israel ha concebido en su propia mente colectiva, según la cual Hamás tiene la espalda contra la pared, una situación que abre una ventana de oportunidad para que Jerusalem haga cumplir un acuerdo para la calma a largo plazo en el grupo terrorista.
Esta fantasía es también la razón detrás de la extraña declaración de Bennett sobre el menguante terrorismo, que excusa la emisión de miles de permisos de trabajo para trabajadores de Gaza a Israel, bajo la apariencia de permisos para comerciantes, sin obtener nada a cambio.
Aparentemente, dos días sin explosivos en globo volando sobre nuestras cabezas significa que el terrorismo está disminuyendo.
Hemos estado escuchando historias sobre cómo la tregua está a la vuelta de la esquina durante los últimos dos años, pero Hamás simplemente se niega a cooperar.
Realmente no detiene el terrorismo de la Franja, continúa exprimiendo el jugo de Israel con disparos de cohetes sin fin y se niega a discutir el regreso de los cautivos y los cuerpos de los soldados que cayeron en Gaza.
Hamás es quien ejerce presión sobre Israel y no al revés.
El día que Israel emitió miles de permisos de trabajo adicionales y extendió la zona de pesca de Gaza, los francotiradores de la Jihad Islámica celebraron la ocasión abriendo fuego contra las tropas de las FDI.
Sin embargo, el mayor farol de todos es la afirmación de Netanyahu de que Israel es el octavo país más poderoso del mundo.
Esta es la segunda campaña electoral consecutiva que ha estado utilizando esta misma fabulación.
Tomó sus datos de una encuesta anual de US News & World Report basada en las respuestas de más de 21.000 personas que clasificaron a 80 países en una variedad de temas, incluidos el poder, la influencia cultural, la economía y el emprendimiento, con las categorías sumando total para el Ranking de "mejores países".
Dado que es muy poco probable que todos los miles de participantes hayan visitado o estudiado los numerosos países en cuestión, esta encuesta esencialmente examina la imagen de un país a los ojos del mundo.
En cuanto a la imagen de la fuerza militar de Israel, fue clasificada en segundo lugar en el mundo por los participantes, después de Rusia pero antes de China y Estados Unidos.
El primer ministro no está utilizando estos datos para hacer el ridículo. Al considerar otras variables como la influencia internacional, la estabilidad política y otros factores, Israel cae al octavo lugar.
Sin embargo, cuando sumamos el resto de las variables en la ecuación, como la calidad de vida, la economía, la movilidad, la influencia cultural y más, Israel cae en el puesto 29, cinco puntos menos que antes de que Netanyahu asumiera el cargo.
Vale la pena señalar que las principales instituciones de investigación de todo el mundo en realidad señalan una disminución en la fuerza militar de Israel en la última década. Si bien estos datos falsos sirven como propaganda electoral, pueden generar complacencia, subvalorando al enemigo y una preparación deficiente.
