Una reunión con el presidente iraní, Hassan Rouhani, y el alivio de las sanciones hacia Irán no fueron solo golpes a los planes del primer ministro Benjamín Netanyahu, sino que fueron prueba de la veleidad del presidente estadounidense Donald Trump.
Ahora Netanyahu se encuentra en la difícil posición de criticar a su "muy buen amigo".
Al abordar un vuelo el jueves por la mañana para conversar con el presidente ruso Vladimir Putin en Sochi, Netanyahu enfrenta una verdadera pesadilla diplomática justo antes de que Israel vaya a las urnas: se estrechan los lazos entre Trump y Rouhani.
"Creo que Trump continuará con su política respecto a las sanciones contra Irán", afirmó Netanyahu a Radio Israel el jueves por la mañana. "Hasta donde yo sé, él no planea aliviarlas".
Hizo hincapié en que el día en que John Bolton fue despedido como asesor de seguridad nacional también fue el día en que la administración Trump sancionó al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria iraní.
Sin embargo admitió: "No se puede guiar cada uno de sus movimientos, y no se puede determinar con quien se debe o no reunir el presidente de EE.UU. Lo que sí puedo decirle es que nadie ha influido más en la oposición contra Irán que quien les habla".
Antes de su reunión con Putin, Netanyahu explicó que su objetivo seguía siendo expulsar a Irán de Siria.
"El momento de este viaje es clave, estamos trabajando en varios frentes para garantizar la seguridad de Israel contra la amenaza que Irán plantea en el frente sirio", declaró a la radio.
"Nuestro objetivo mutuo, que en este momento está lejos de realizarse, es la eliminación de todas las fuerzas iraníes de Siria", agregó.
El primer ministro parecía optimista de que Estados Unidos no volvería al acuerdo sobre el programa nuclear de Irán negociado por el presidente Barack Obama en 2015, al que Netanyahu se opuso con vehemencia.
"Estados Unidos llegó a un escandaloso acuerdo nuclear", mencionó. "Ellos fueron quienes le dieron a Irán la libertad y los medios para construir un imperio a nuestro alrededor. Yo cambié eso hablando con el presidente Trump y ante el Congreso".
Según Bloomberg, Trump despidió a Bolton por su feroz oposición a sancionar el alivio a las sanciones. Tres fuentes con conocimiento de la situación comunicaron que el presidente de los Estados Unidos tuvo una discusión sobre Irán el martes, con la intención de garantizar una reunión con Rouhani antes de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York a finales de este mes.
Según los informes, el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Steven Mnuchin, apoyó la idea y pensó que el alivio de las sanciones ayudaría a iniciar las negociaciones con Teherán.
Bolton discrepó vehementemente y discutió con el presidente sobre el asunto. Unas horas después, según los informes, Trump decidió despedirlo. Las fuentes agregaron que la Casa Blanca ha comenzado los preparativos para una posible reunión entre Trump y Rouhani el 23 de septiembre. Una de las posibilidades que se está considerando es una reunión que también incluirá al presidente francés Emmanuel Macron.
Para el primer ministro israelí, una reunión de este tipo entre Trump y Rouhani, tan cerca de las elecciones de Israel, sería un duro golpe para la estrategia de aislamiento que lideró contra Irán.
Si la reunión se llevara a cabo, aún más cuando se combina con el alivio de la sanción, sería una bofetada dolorosa para Netanyahu que también serviría como un recordatorio de cuán voluble es realmente Trump.
Los funcionarios israelíes han insistido durante los últimos días en que no se oponen a una reunión entre Trump y Rouhani. "Creemos que la mejor manera de sacar a Irán de donde se encuentran atascados es alcanzar un acuerdo más nuevo y mejor", comunicaron.
Un ministro acotó siguiendo la misma línea que "Trump dio a conocer desde el primer día después de que se apartó del acuerdo que quería llegar a uno mejor, y para hacer eso se requiere una reunión con los iraníes".
Agregó: "Inicialmente fueron los iraníes los que se opusieron a la reunión y exigieron que se abolieran las sanciones como condición previa para una reunión con Trump".
Si Bloomberg tiene razón, Israel está en problemas y Netanyahu atrapado. No puede atacar a su viejo amigo Trump, que actualmente se muestra estrechando su mano en vallas publicitarias gigantes alrededor de todo el país. Y claramente no puede ir al Congreso y atacar al presidente como lo hizo con Obama en la víspera de las elecciones de 2015.
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"Creo que Trump continuará con su política respecto a las sanciones contra Irán"
(AFP)
Entonces, ¿qué hizo él? Llamó a una conferencia de prensa "dramática", donde intentó nuevamente degradar la imagen de Irán, presentándolo como un país cuyo objetivo era engañar a la comunidad internacional, infringir el acuerdo nuclear y, lo peor de todo, violar la no proliferación de el Tratado de Armas Nucleares (TNP) al ocultar materiales nucleares de un sitio que Netanyahu reveló cerca de la ciudad de Abadan.
Sin embargo, según Bloomberg, la revelación de Netanyahu no logró impresionar a Trump.
Una fuente cercana a Netanyahu explicó que "la posibilidad de que se erosione la política actual no significa fracaso, y ciertamente no es colosal, sino más bien una complejidad que debe ser tratada. No es realista tener una actitud de que todo sea negro o blanco".
Al mismo tiempo, hubo personas en Jerusalem que recordaron los halagos hacia el presidente estadounidense de parte de los ministros luego de que decidió trasladar la Embajada de EE. UU.
La ministra de Cultura y Deportes, Miri Regev, afirmó que el nombre de Trump estaría grabado para siempre en las piedras del Muro de los Lamentos, y la entonces ministra de Justicia, Ayelet Shaked, incluso lo comparó con Cyrus.
Uno debe preguntarse si continuarán expresando tales elogios incluso después de su cumbre con Rouhani.
