Las últimas semanas han sido turbulentas en la Franja de Gaza, y no solo por la situación de seguridad.
En cuestión de días, el enclave palestino se ha transformado de uno de los más "limpios" del mundo en términos de coronavirus en una región cuyos habitantes están aterrorizados de perder el control de los contagios.
La situación empeoró poco después del descubrimiento de los primeros pacientes dentro de la Franja. Hace dos semanas sólo había cuatro casos confirmados, hoy hay aproximadamente 1.050 nuevos infectados con coronavirus dentro de Gaza.
Todo el mundo en Gaza sabe que solo algunas personas han sido examinadas hasta ahora y que la cantidad de pacientes activos probablemente sea mucho mayor de lo que se reveló inicialmente, gracias a la incapacidad de Hamás para abordar la crisis de manera efectiva.
La amenaza de la propagación del virus surgió en Gaza hace unos seis meses, pero el grupo terrorista que gobierna la Franja la abordó con éxito.
Ahora, el contagio ha regresado con más fuerza y potencia que antes.
Este no es un "problema palestino". La propagación del contagio en Gaza tendrá graves ramificaciones estratégicas para Israel en los niveles civil, político y de seguridad, tanto que el Estado judío se verá obligado a actuar para frenar el aumento de la morbilidad en el enclave.
El objetivo principal en este momento es evitar un desastre humanitario en Gaza -un escenario que ahora parece más probable que nunca-, que seguramente agravará la vida de sus residentes, quienes ya están enfrentando desafíos continuos.
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Los soldados caídos Hadar Goldin y Oron Shaul (arriba, de izquierda a derecha) y los civiles israelíes Avera Mengistu y Hisham Al-Sayed (abajo, de izquierda a derecha) retenidos por Hamás en Gaza.
(Ynet)
Sin embargo, la crisis que se avecina en el enclave podría presentar una oportunidad estratégica para que Israel lleve de regreso al país los cuerpos de los dos soldados caídos y a los dos ciudadanos israelíes secuestrados por Hamás.
Una ventana similar se abrió brevemente hace seis meses, cuando el líder de Hamás en Gaza, Yahya Sinwar, expresó su voluntad de llegar a un acuerdo a cambio de asistencia para hacer frente a la pandemia.
Esta ventana de oportunidad se ha vuelto a abrir gracias al creciente temor entre los miembros de Hamás y de todos los habitantes de Gaza sobre una crisis inminente.
Ahora es el momento de que Israel deje claro su mensaje a través de mediadores y declaraciones públicas: la ayuda a la Franja se dará solo una vez que Hamás suavice sus posiciones obstinadas sobre la cuestión de los soldados israelíes caídos y los civiles secuestrados que tiene en su poder.
Este es un mensaje que los líderes de Hamás necesitan escuchar con claridad, pero que también debe ser escuchado y reconocido por la población del enclave a través de los canales públicos y las redes sociales.
Los habitantes de Gaza deben comprender que existe una correlación directa entre las acciones de Hamás respecto de los cuerpos de los soldados y los dos civiles secuestrados, con el empeoramiento de la situación en la Franja. Y el liderazgo de la organización terrorista teme que los habitantes del enclave generen disturbios debido a la dura actualidad en el enclave.
Israel debe guiarse por principios humanitarios y brindar asistencia a los residentes de la Franja de Gaza, pero también debe demostrar la misma consideración hacia las familias de los caídos y de los civiles secuestrados.
La ayuda real a Gaza no debería estar condicionada, pero su alcance sí
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La ayuda médica de Israel ingresa a Gaza después de que se alcanzara un entendimiento entre Jerusalem y Hamás.
(Ynet)
El pueblo de Gaza debe comprender que el nivel de ayuda brindada por Israel será proporcional al nivel de flexibilidad de Hamás, y que la tradicional rigidez ideológica de la organización está poniendo sus vidas en peligro.
La crisis del coronavirus en la Franja podría servir como una oportunidad para que Israel formule un acuerdo nuevo y más vinculante con Hamás, que incluya el asunto de los soldados caídos y los civiles secuestrados, un tema que anteriormente estaba excluido de cualquier acuerdo por temor a que destruyera cualquier negociación.
*Michael Milstein es el director del Foro de Estudios Palestinos en el Centro Moshe Dayan de Estudios Africanos y del Medio Oriente.
