La tradición narrativa dicta que un globo incendiario preparado en el primer acto explotará en el tercero. Por lo que la cuestión no es dónde detonarán los globos bomba enviados desde Gaza, sino cuándo y cuántas muertes causarán.
Nosotros, los residentes de Sderot, nos preguntamos si el próximo globo explotará en una guardería o en el jardín de una escuela mientras los niños juegan. ¿Decidirán nuestros políticos despertar cuando haya muertos y heridos?
El Estado de Israel sufre de una procrastinación crónica que está afectando las vidas cotidianas de todos, especialmente de los que vivimos en el sur.
En los últimos 19 años, el sur ha sido golpeado por el terrorismo de la Franja de Gaza, cuyo único objetivo es tomar vidas humanas.
Todo comenzó con morteros y cohetes, y en los dos últimos años fueron agregados nuevos mecanismos de muerte, como cometas incendiarios y globos con bombas.
Es pura suerte que no haya habido víctimas con este nuevo tipo de terrorismo, ¿pero desde cuándo confiamos en la suerte en lugar de un abordaje de raíz del problema?
Cada vez, el Estado de Israel encuentra una nueva excusa para posponer esto. A veces son los iraníes en las puertas, a veces es Hezbollah en sus túneles, y a veces son esfuerzos para alcanzar un acuerdo con Hamás.
A veces es por el gobierno de derecha, a veces por el gobierno de izquierda, y a veces por el gobierno provisional. Lo único que logran estos retrasos es intensificar las amenazas.
Así es cómo se ve la procrastinación israelí: globos explosivos son entregados a nuestros niños en la mañana, cometas incendiarios llegan a nuestros granjeros por la tarde, y a nosotros nos disparan con cohetes toda la noche.
Un Estado soberano y fuerte no se supone que debe simplemente aceptar una realidad tan surrealista. Ya sabemos cómo Estados Unidos enfrenta tales amenazas. Los residentes del sur, al igual que todos los ciudadanos israelíes, necesitan una victoria.
Basta de procrastinar. Estamos hartos y cansados de la contención.
Nuestro vocabulario no debería incluir términos como “fuego esporádico” o “solo globos”. El terror es el terror, y cuando es dirigido a israelíes debe ser enfrentado con ferocidad y convicción. El tiempo para excusas terminó.
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Los niños de Sderot no deberían preguntarse de dónde vendrá el próximo globo bomba.
(Rol Idan)
Es la esperanza de cada generación que haya paz aquí, pero el clásico paradigma diplomático de que Israel ceda territorios ha fracasado ante nuestros ojos una y otra vez. Así que debemos cambiar nuestras tácticas y buscar someter al otro lado, ya que la paz sólo puede alcanzarse con enemigos derrotados.
Los niños de Sderot no deberían preguntarse de dónde vendrá el próximo globo bomba. Merecen crecer en un ambiente normal, y para eso necesitamos una disuasión clara.
Esto puede lograrse de muchas formas, incluyendo la reanudación de las eliminaciones selectivas.
El público exige una victoria israelí, y la exige ahora.
