El coronavirus ha atrapado a Medio Oriente con las defensas bajas, incluso antes de la pandemia Líbano se declaró en bancarrota luego de que su primer ministro, Hassan Diab, anunciara la incapacidad de su país para pagar las deudas que acarreaba.
A principios de 2020, Egipto superó el umbral de 100 millones de personas, un hecho que el régimen ve como nada menos que una amenaza para su propia seguridad nacional.
Irak se encontraba en medio de una crisis económica y los disturbios nunca se detuvieron en protesta a la ineptitud del gobierno.
En Jordania, el descontento del público creció debido al aumento de los gastos de subsistencia, el desempleo y la mala infraestructura del país. Y en cuanto a Siria, bueno, todos conocemos la tragedia que ocurre cada día allí.
La gran pregunta es si los gobiernos de Medio Oriente podrán sobrevivir a una agitación que amenaza con afectar a toda la economía global.
Jordania y Egipto no solo son vecinos cercanos a Israel, ni son socios estratégicos en la lucha contra el terrorismo del país, también son dos de las potencias más influyentes de la región, lo que significa que cualquier cosa que ocurra dentro de sus fronteras probablemente afectará a Israel, la Autoridad Palestina, y todo el Medio Oriente en su conjunto.
Hasta el martes, solo había 166 casos confirmados de coronavirus en Egipto, aunque una investigación canadiense estima que el número real de infectados está más cerca de los 20.000.
Cualquiera que conozca algo sobre Egipto sabe que el sistema de salud pública del país está hambriento de modernización, y que muchos ciudadanos egipcios no tienen acceso a ningún servicio médico, es decir, no tienen los medios para averiguar si han sido infectados por el virus.
Egipto ha cerrado escuelas y centros comerciales, y también ha puesto en cuarentena varios barrios y aldeas donde se confirmaron brotes de coronavirus.
Pero, ¿puede un país con una tasa de desempleo del 11,5% sobrevivir realmente a una cuarentena prolongada junto con una parálisis financiera? ¿Qué sucede si el escenario de Italia se replica en Egipto?
Cualquiera que apoye a Egipto como el pináculo de la resistencia islámica radical en el Medio Oriente debería preocuparse. Si bien el mundo entero se encuentra en un declive económico, El Cairo seguramente necesitará un paquete de atención financiera monumental para ayudar a lidiar con la crisis.
En Jordania, que alberga a cientos de miles de refugiados de Siria e Irak, y varios campamentos para palestinos desplazados, la situación no es mucho mejor.
Si bien el número oficial de infectados en Jordania es de 34, no hay forma de saber cuál es la situación en los campamentos de refugiados, los barrios más pobres y las ciudades lejos de la capital de Jordania, Ammán.
El país cerró sus fronteras y los infectados fueron puestos en cuarentena, pero está claro que un brote importante allí es solo cuestión de tiempo.
Poco antes del brote, Jordania recibió un paquete de atención financiera de Catar que incluye permisos para miles de jordanos que les permite trabajar en el rico país árabe. Pero Catar también ha cerrado sus puertas debido a la crisis.
Israel debe vigilar de cerca los acontecimientos dentro de las fronteras de sus vecinos.
Jordania ha mantenido la frontera compartida tranquila durante años, pero si el país cae en el caos - lo que parece más real que nunca debido a los disturbios civiles por el costo de la vida - se podría romper esa paz.
La crisis del coronavirus seguramente dañará a los países más débiles de Medio Oriente.
Siria, Líbano, Irak y Libia están en ruinas, algunos de ellos están en bancarrota y ninguno de ellos es un aliado del mundo occidental.
No cuentan con ayuda financiera durante este momento de desespereación. El único que podría intervenir en su nombre es China, y no está claro a quién elegirá ayudar y por qué.
Medio Oriente seguramente cambiará después del coronavirus; los regímenes caerán, las infraestructuras colapsarán y reinará el caos.
Israel necesita estar atento a todos los desarrollos potencialmente preocupantes para proteger su propia seguridad nacional.