Irán identificó la vulnerabilidad del transporte marítimo de Israel en el Golfo Pérsico y emitió un mensaje sobre lo indefenso que estarán los barcos israelíes en esas aguas internacionales, luego de que la semana pasada un carguero de propiedad israelí fuera dañado con un misil.
El barco Helios Ray sufrió dos grandes agujeros en su casco y el daño podría haber sido mucho más grave si las explosiones hubieran sido causadas por un torpedo o minas. Por eso todo indica que el objetivo fue generar un perjuicio pero no hundir el barco, hecho que hubiera sido considerado un acto de guerra por Estados Unidos y todas las naciones que buscan viajar con seguridad por las aguas del Golfo.
El carguero navega bajo la bandera de Bahamas y no está tripulado por israelíes, por lo cual no está protegido por los servicios de seguridad del país. Y el hecho responde a los esfuerzos iraníes para atacar objetivos israelíes en alta mar, un método que no es nuevo y se intensificó en noviembre pasado, a partir del asesinato del científico nuclear Moshen Fakhrizadeh.
Según informes de medios israelíes, hace dos meses un polizón iraní fue capturado en una base de Haifa mientras viajaba desde Turquía a Grecia y luego a Italia. El hombre afirmó ser un refugiado que huía de su país, pero su equipamiento levantó sospechas y desde entonces los barcos israelíes aumentaron su seguridad.
El barco dañado la semana pasada partió desde el puerto de Eilat, en el sur de Israel, a principios de febrero. Transportaba cargamento para Arabia Saudita y Dubai, y se estima que estuvo bajo vigilancia durante todo el trayecto. Fue atacado cuando ingresaba al Golfo de Omán, un lugar ventajoso para las fuerzas iraníes, para transmitirle a Jerusalem que los intereses israelíes en esa región podrían verse comprometidos.
Desde la firma de los Acuerdos de Abraham en septiembre de 2020 para normalizar las relaciones de Israel con los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein hubo un sustancial aumento de tráfico marítimo en el Golfo. Apuntar a los barcos israelíes en ese área aumentará el costo de los seguros y dañará los incipientes lazos económicos de Israel en el Golfo. Por eso, si no hay ninguna respuesta al incidente, Irán seguirá apuntando contra barcos israelíes.
