Este martes, Benjamín Netanyahu recibió de parte del presidente Reuven Rivlin la oportunidad de formar gobierno, una difícil tarea que lo tendrá ocupado por estos días. Sin embargo, al mismo tiempo, de seguro mira de reojo la situación del juicio en su contra por corrupción, que avanzó hacia su segundo día de pruebas.
Mediante algunas alianzas en las que ya trabaja, puede que el líder del Likud sea el único con posibilidades ciertas de alcanzar los 61 escaños necesarios en la Knesset y, de este modo, desbloquear el estancamiento político que azota a Israel desde hace dos años. No obstante, en el marco de las distintas acusaciones que recaen sobre Netanyahu por presunto soborno, fraude y abuso de confianza, los jueces continuarán escuchando testimonios y reuniendo evidencia.
¿Netanyahu puede estar en juicio y seguir siendo primer ministro?
Según la ley israelí, un primer ministro no tiene la obligación de dimitir a menos que sea declarado culpable. Ningún otro cargo goza de estos privilegios, ya que un diputado en su misma situación sí debería dejar su cargo.
De este modo, Netanyahu tiene razones legales y políticas para querer permanecer en la cima, por lo menos hasta que no haya una sentencia. El líder del Likud siempre se declaró inocente, y dice que es víctima de una "caza de brujas" orquestada por la izquierda y los medios de comunicación para quitarlo de su puesto.
¿Netanyahu ganó las elecciones?
No, pero con 30 escaños, su partido, el Likud, fue el que más bancas cosechó y, por consiguiente, el que más chances tiene de hacerse con el poder. Ahora bien, incluso después de una exitosa campaña de vacunación contra el COVID-19, el partido del primer ministro obtuvo menos asientos que en las elecciones del año pasado, lo que da a entender que, haga lo que haga, tiene un techo que le será difícil de romper.
¿De qué se tratan los juicios?
Caso 4000: los fiscales alegan que Netanyahu otorgó favores regulatorios por un valor de alrededor 1.800 millones de shekels (unos 500 millones de dólares) a Bezeq Telecom Israel. A cambio, pidió una cobertura positiva de su gestión en un sitio web de noticias controlado por el expresidente de la compañía, Shaul Elovitch.
Caso 1000: alega que el primer ministro y su esposa recibieron casi 700.000 shekels (210.000 dólares) en obsequios de Arnon Milchan, productor de Hollywood israelí, y el empresario australiano James Packer. Los fiscales dijeron que Netanyahu ayudó a Milchan con sus intereses comerciales.
Caso 2000: Netanyahu habría negociado un acuerdo con Arnon Mozes, propietario del periódico israelí Yedioth Ahronoth, para una mejor cobertura. A cambio, impulsaría una legislación para entorpecer el crecimiento de un periódico rival. Mozes ha sido acusado de ofrecer soborno, pero niega haber actuado mal.
¿Netanyahu podría ir a la cárcel pronto?
Improbable. Estos juicio pueden tardar años, aunque los procedimientos podrían interrumpirse si el primer ministro busca un acuerdo con la fiscalía. Los cargos de soborno conllevan una pena de prisión de hasta diez años. El fraude y el abuso de confianza se castigan con hasta tres años de cárcel.
¿Qué opinan los israelíes?
Las acusaciones contra el funcionario se han convertido en un tema polarizador para la sociedad. En los meses previos a las elecciones, miles de manifestantes se reunieron semanalmente frente a la residencia oficial de Netanyahu, y en otros puntos del país, exigiendo su renuncia. Por el contrario, su núcleo duro de votantes lo considera un "rey" y el único capaz de brindarle seguridad al país.