Algunos eventos recientes sugieren que el régimen de Bashar Al Assad busca que Siria establezca contactos con Israel, y que en los últimos meses se tendieron algunos puentes de comunicación informal.
Si bien no hay relaciones diplomáticas entre los dos países, y existe una histórica disputa territorial por la región de los Altos del Golán, un artículo de un instituto de investigación estadounidense realizado por un experto sirio asegura que Damasco busca una solución política al conflicto con Israel.
Dicha fuente es apenas un ejemplo de una serie de indicios que ocurrieron en los últimos meses. Otra señal: informes de medios árabes relativamente confiables reportaron que se realizó una reunión secreta en una base de la Fuerza Aérea rusa instalada dentro de Siria. Si bien en Jerusalem no reconocen la existencia de este encuentro, allí se habrían sentado funcionarios israelíes, sirios y rusos.
La versión de los intentos de acercamiento se fortaleció la semana pasada luego de un extenso artículo del multimedios árabe Al Jazeera. Si bien el título de la nota se refiere al calentamiento de los lazos entre Siria y Arabia Saudita, dentro del texto se esconde una noticia más importante: un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores de Damasco confirma contactos con Israel.
Informes de medios árabes relativamente confiables reportaron que se realizó una reunión secreta en una base de la Fuerza Aérea rusa instalada dentro de Siria.
Según esta fuente, el objetivo sirio de dialogar con Israel es ganarse la confianza de Arabia Saudita y Estados Unidos. “Riad ve nuestras conversaciones con los israelíes como un preludio de un diálogo informal con los estadounidenses”, aseguró el funcionario citado por Al Jazeera.
La aparición de esta fuente de la cancillería siria es interpretada diplomáticamente como un deseo de demostrar un cambio de actitud hacia Israel. Queda latente la pregunta de hasta qué punto están dispuestos a dialogar, especialmente cuando la Fuerza Aérea israelí ataca constantemente en el territorio sirio, en contra de la presencia iraní en la zona.
Como siempre ocurre en Medio Oriente, los intereses se cruzan. Los saudíes buscan canales para expandir su influencia en la región, en detrimento de Irán, y por eso están listos para sentarse con Assad. El presidente sirio, por su parte, quiere que las fuerzas iraníes se vayan del país, un hecho que parece poco probable en función de las intenciones regionales de Teherán.
La difusión de estos mensajes también le permite al régimen sirio cumplir con un objetivo en el frente interno: la situación en el país es tan desesperada que noticias sobre un progreso con Israel y Estados Unidos puede brindar algo de esperanza a una población muy golpeada desde lo económico, después de una década continua de guerra civil.
Del lado israelí, el nuevo gobierno se mantiene en la misma posición intransigente que el anterior respecto a los Altos del Golán: ningún funcionario importante de Israel cree que se pueda realizar, y ni siquiera considerar, concesiones territoriales al régimen de Assad. Lo que sí evalúa Jerusalem es ayudar a los sirios a cambio de que disminuya la presencia de Irán y que se frustren las actividades de Hezbollah en el país.