Benjamín Netanyahu y Gideon Sa'ar.

Lo que el Likud sabe pero no dirá

Opinión: aunque la mayor parte del partido no lo diga en voz alta y repudie a Gideon Sa'ar por exigir elecciones primarias, saben que tiene razón y que el primer ministro es un lastre para el Likud.

Uri Heitner - Adaptado por Iñaki Landivar |
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Los miembros del Likud (conocidos en Israel como Likudniks) aman alardear de la democracia interna de su partido, cuyo punto cúlmine llega con las elecciones primarias por el liderazgo del partido. De hecho, afirman constantemente que el suyo es probablemente uno de los últimos partidos políticos que lleva a cabo elecciones internas.
Los Likudniks tienen motivo para sentir orgullo -incluso si uno no ignora el lado menos agradable de las elecciones primarias, no se puede negar su existencia.
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Netanyahu y Sa'ar
Netanyahu y Sa'ar
Benjamín Netanyahu y Gideon Sa'ar.
(Sharon Revivo)
Es por eso que es peculiar que cada vez que un Likudnik desafía el liderazgo de Benjamín Netanyahu del partido, este sea considerado por sus pares como nada más que un traidor que intenta socavar al partido.
Cuando la ministra de Cultura y Deportes Miri Regev afirma que su colega Gideon Sa’ar “apuñaló por la espalda a Netanyahu y al Likud”, no sorprende que las respuestas en redes sociales hayan estado cargadas de desprecio.
Ciertamente, no tomó mucho tiempo para que la derecha le inventara la peor etiqueta para Sa’ar: un miembro del llamado “golpe de Estado” contra el primer ministro.
Parece que esto es lo que puede esperarse al tomar con seriedad la idea de la democracia interna del Likud.
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Urnas
Urnas
Los Likudniks aman alardear de la democracia interna de su partido.
Lo que se puede decir como crítica de Sa’ar es que no demanda la renuncia de Netanyahu por motivos morales, ni que exige que alguien con un historial limpio dirija al país.
Sus principales preocupaciones son los intereses políticos del Likud, y su motivo para pedir que Netanyahu renuncie es su creencia de que no podrá formar un gobierno ahora o en el futuro.
Y mientras que sus compañeros Likudniks hacen silencio o exponen con su retórica usual, Sa’ar afirma publicamente lo que muchos dicen en privado: Netanyahu está acabado y es en el mejor interés del partido reemplazarlo.
Para el crédito de Sa’ar, criticó la incitación de Netanyahu contra las leyes israelíes y sus bases fundamentales, mientras que otros miembros del Likud tuvieron miedo de hablar.
Debido a la incitación contra Sa’ar, es fácil ver por qué el resto de los miembros del Likud eligen hace silencio, su heroísmo resumido por los bar mitzvahs y bodas a las que debieron asistir para disculpar su ausencia en la protesta organizada la semana pasada por Netanyahu contra su procesamiento.
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Protesta pro Netanyahu
Protesta pro Netanyahu
Netanyahu convocó a una concentración en apoyo suyo la semana pasada.
(Motti Kimchi)
Los votantes del Likud saben que pese a las afirmaciones de que Sa’ar es un zurdo y un traidor, de hecho es fiel al partido y sus ideales. Saben que la carrera política de Sa’ar comenzó en un movimiento joven fundado en oposición al tratado de paz de 1979 entre Israel y Egipto por el cual se entregó la Península del Sinaí.
Los votantes saben que, a diferencia de Netanyahu, Sa’ar nunca votó favor de la retirada de 2005 de Gaza y nunca dio un discurso como el que el primer ministro dio en la Universidad Bar-Ilan en 2009, en el cual apoyó implícitamente la creación de un Estado palestino junto a Israel.
Cuando Sa’ar defiende las bases del Estado y critica los ataques de Netanyahu, no hace más que ser leal al Likud de antaño.
No podría decir cuáles son las chances de Sa’ar en unas primarias contra Netanyahu, pero el hecho de que el Likud vaya a llevarlas a cabo ya dice mucho.
El mismísimo hecho de que uno de ellos se haya alzado para liderar a los disidentes del Likud es vital para la democracia de Israel y la del partido.
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