Nahum Barnea
Nahum Barnea.
Dana Kopel
Enfrentamientos entre la policía y jóvenes palestinos en la Puerta de Damasco, uno de los ingresos a la Ciudad Vieja de Jerusalem.

Jerusalem es un cóctel explosivo de malas decisiones

Opinión. Los disturbios religiosos que ocurren con frecuencia en Ramadán y la acción de la policía israelí para bloquear el lugar de encuentro popular para los jóvenes palestinos se sumaron a las tensiones por las elecciones postergadas de la Autoridad Palestina y la disputa en torno a la propiedad sobre tierras del barrio Sheikh Jarrah.

Nahum Barnea - Adaptado por Adrián Olstein |
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Es relativamente sencillo identificar las causas del actual estallido de violencia en Jerusalem, que ya provocó enfrentamientos con un saldo de cientos de palestinos y decenas de policías heridos. Del lado palestino, el malestar religioso que a menudo se manifiesta durante el mes sagrado de ramadán alcanza su punto máximo hacia el final de las semanas de ayuno.
La decisión del presidente palestino Mahmoud Abbas de posponer indefinidamente las elecciones parlamentarias, argumentando que Israel no facilitaría las votaciones en Jerusalem Este, enardeció al grupo terrorista Hamas que gobierna Gaza y que estaba en camino de lograr avances significativos.
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Enfrentamientos entre la policía y jóvenes palestinos en la Puerta de Damasco, uno de los ingresos a la Ciudad Vieja de Jerusalem.
Enfrentamientos entre la policía y jóvenes palestinos en la Puerta de Damasco, uno de los ingresos a la Ciudad Vieja de Jerusalem.
Enfrentamientos entre la policía y jóvenes palestinos en la Puerta de Damasco, uno de los ingresos a la Ciudad Vieja de Jerusalem.
(Reuters)
La decisión del presidente palestino de posponer las elecciones enardeció al grupo terrorista Hamas
El grupo respondió disparando cohetes contra las comunidades israelíes cercanas a la frontera entre Israel y Gaza e instando a sus seguidores en Cisjordania a que lanzaran ataques terroristas contra las tropas israelíes y los colonos.
Abbas, de 85 años, es el último vestigio de liderazgo de Fatah en ocupar una posición de poder. A diferencia de su predecesor Yasser Arafat, Abbas se opuso activamente al uso del terror. Pero su mandato ininterrumpido es criticado por muchos de sus electores y no consiguió progresos de cara al establecimiento de un estado palestino independiente.
Israel, por su parte, se sumó a la ya volátil situación con la decisión de establecer barricadas en la plazoleta frente a la Puerta de Damasco, uno de los ingresos a la Ciudad Vieja de Jerusalem, lo que provocó enfrentamientos entre jóvenes palestinos y la policía.
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Enfrentamiento entre manifestantes y policía por los desalojos en el barrio de Sheikh Jarrah.
Enfrentamiento entre manifestantes y policía por los desalojos en el barrio de Sheikh Jarrah.
Enfrentamiento entre manifestantes y policía por los desalojos en el barrio de Sheikh Jarrah.
(Alex Kolomoisky)
A esos elementos se suma el posible desalojo de familias palestinas de sus hogares en el barrio de Sheikh Jarrah en Jerusalem Este, ya que los colonos reclaman la tierra como propia.
Las parcelas en disputa fueron compradas por una fundación judía antes de la independencia de Israel. Después de la división de Jerusalem en 1948, con la frontera entre Israel y Jordania partiendo a la ciudad en dos, los jordanos utilizaron la tierra de Sheikh Jarrah para construir viviendas para los refugiados palestinos que huyeron de sus hogares en el recién establecido Estado de Israel.
Después de la Guerra de los Seis Días de 1967, cuando Israel ganó el control de toda la ciudad, introdujo leyes injustas e indefendibles que permitían reclamar tierras de propiedad judía a sus residentes palestinos. Sin embargo, a los palestinos desplazados de sus propiedades en la parte oeste de Jerusalem no se les concedió el mismo derecho.
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La Policía de Israel custodia una casa palestina actualmente ocupada por colonos en el barrio de Sheikh Jarrah de Jerusalem Este.
La Policía de Israel custodia una casa palestina actualmente ocupada por colonos en el barrio de Sheikh Jarrah de Jerusalem Este.
La Policía de Israel custodia una casa palestina actualmente ocupada por colonos en el barrio de Sheikh Jarrah de Jerusalem Este.
(AFP)
Los colonos comenzaron así a reclamar propiedades habitadas por familias palestinas, algunas de las cuales ahora enfrentan el desalojo de sus hogares en los que han vivido durante décadas.
El diputado de extrema derecha Itamar Ben-Gvir visitó el viernes el vecindario para anunciar que abriría allí su oficina parlamentaria, provocando más protestas y violencia. Ben-Gvir ha utilizado su inmunidad parlamentaria para transformar una disputa local en un caso célebre para los palestinos.
Sheik Jarrah alberga consulados internacionales, organizaciones no gubernamentales, la sede de la Policía de Israel y varios ministerios públicos. El difunto primer ministro del Likud, Menachem Begin, también tenía la intención de trasladar allí su oficina, pero cambió de rumbo bajo la presión internacional y las amenazas de boicot.
La disputa legal en el vecindario de Jerusalem Este debe resolverse a nivel político. El gabinete podría expropiar la tierra en cuestión y permitir que los residentes palestinos permanezcan en sus hogares. Pero no hay un gobierno que funcione y la responsabilidad de resolver la disputa ahora recae en la Corte Suprema.
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Miles de fieles musulmanes rezan en la explanada frente a la mezquita de al-Aqsa el sábado por la noche.
Miles de fieles musulmanes rezan en la explanada frente a la mezquita de al-Aqsa el sábado por la noche.
Miles de fieles musulmanes rezan en la explanada frente a la mezquita de al-Aqsa el sábado por la noche.
(AP)
La disputa legal en el vecindario de Jerusalem Este debe resolverse a nivel político. Pero no hay un gobierno que funcione y la responsabilidad recae en la Corte Suprema.
La decisión de la policía de Jerusalem de cercar la plaza frente a la Puerta de Damasco fue un error. Al igual que la decisión de ingresar al complejo de la mezquita de al-Aqsa la semana pasada e ir al choque con los manifestantes palestinos.
La policía también se equivocó el sábado al detener los autobuses que llevaban fieles árabes israelíes a Jerusalem para rezar en la celebración de Laylat al-Qadr, la noche más sagrada del calendario musulmán.
A pesar de lo violentos que fueron los últimos días, la policía merece algo de crédito por no usar fuerza letal. La visión de jóvenes manifestantes palestinos enterrados después de morir a manos de la policía israelí habría elevado las tensiones a la estratosfera y casi garantizado que un brote localizado de violencia se propagara a Cisjordania, Gaza e incluso más allá.
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