Que la Inteligencia Militar de Israel afirme que hay poca probabilidad de que se desate una guerra instigada por sus enemigos en 2020 no significa que no vaya a haber una.
Estamos en una región volátil, que está afectada por diferentes variables, desde las elecciones estadounidenses hasta la lucha de poder en Irak.
Un conflicto armado podría desatarse en cualquier momento y por una variedad de razones.
Tras un año de caos político, cuando los líderes estaban haciendo advertencias sobre tropas iraníes escalando nuestras vallas fronterizas y misiles volando hacia Tel Aviv, el análisis de la Inteligencia Militar da a los políticos la oportunidad de embarcarse en iniciativas no defensivas sin la presión de una amenaza inminente.
Es un momento oportuno para invertir en la economía, la educación y el sistema de salud, y los políticos deberían aprovecharlo.
Si el ministro de Defensa, Naftali Bennett, insta al gobierno a que ataque a los iraníes en Siria, también debería invertirse en eso para llegar a un resultado adecuado.
¿Resultarán las próximas elecciones en un gobierno que reconozca tales oportunidades? Es improbable.
La década pasada fue relativamente tranquila, pero el gobierno de todas formas desperdició toda oportunidad que le otorgaron las fuerzas armadas. No hubo un levantamiento palestino violento ni una guerra con el Líbano, como en otras décadas.
En los últimos diez años hubo una caída en la cantidad de ataques terroristas palestinos, y el frente norte estuvo virtualmente silencioso, mientras que las operaciones de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) contra el afianzamiento iraní en Siria no tuvieron un verdadero efecto sobre la vida de los civiles.
La Cúpula de Hierro empezó a ser usada en este período, cambiando la forma en que los líderes militares y políticos evalúan las amenazas.
No todo misil lanzado desde Gaza requirió una marcha hacia la guerra una vez que el sistema de defensa entró en operación, lo cual permitió tomarse el tiempo para decidir cómo y cuándo responder.
Cualquier misil disparado por Irán y sus agentes en el norte también podría abordarse de la misma manera. Israel no tendrá que comenzar una guerra para mitigar sus efectos.
Hasta ahora, los políticos han desaprovechado la libertad de operación otorgada por la tranquilidad en las fronteras que las FDI aseguran.
Es improbable que el 2020 termine con un resultado diferente, especialmente porque probablemente sea desperdiciado en más elecciones.
