Israel intentará un esfuerzo diplomático orientado a mejorar las relaciones con la administración Biden y las otras potencias mundiales signatarias del acuerdo nuclear iraní de 2015, según una decisión tomada en los niveles más altos de las esferas política y de defensa.
El Ministerio de Defensa cree que Estados Unidos, junto con la Unión Europea, China y Rusia, está decidido a volver al acuerdo original firmado durante la presidencia de Obama y no hacer cambios en los aspectos problemáticos que hicieron que el expresidente Donald Trump ser retirara del acuerdo en 2018.
La administración de Estados Unidos les dijo a los funcionarios israelíes y a otros diplomáticos en Oriente Medio que considera que un regreso al acuerdo original sería un paso interino que le permitiría luego levantar las sanciones a Irán.
Después de esto, comenzarían las negociaciones para un acuerdo mejorado, incluidas las disposiciones sobre la producción de misiles de largo alcance de Irán que pueden llevar una ojiva nuclear y las acciones desestabilizadoras de Teherán en la región a través de sus representantes chiítas.
La principal preocupación de Israel es que, una vez que se levanten las sanciones y que las elecciones presidenciales iraníes terminen en junio, el régimen no tendrá prisa por entablar nuevas negociaciones. Aun si Teherán acepta comenzar nuevas conversaciones, éstas podrían llevar demasiado tiempo.
Por lo tanto, los funcionarios israelíes han optado por embarcarse en una ofensiva diplomática de múltiples frentes con la administración Biden, basándose en el entendimiento de que un acuerdo con Irán que levantaría las sanciones podría llegar en unas pocas semanas.
Como tal, Jerusalem quiere ayudar a Washington a evitar cualquier paso en falso que le permita a Irán convertirse en un país con umbral nuclear en unos pocos años, con la bendición de la comunidad internacional.
Los funcionarios israelíes han llegado a la conclusión de que Irán ha logrado avances tecnológicos sustanciales en el último año con respecto al enriquecimiento de uranio utilizando centrifugadoras avanzadas y en técnicas de producción para los componentes de una bomba real.
Estos desarrollos acortarán el tiempo que Irán necesita para producir un arma nuclear y, una vez que sus líderes decidan seguir adelante, se podría fabricar una bomba en no más de 18 meses, incluso si el acuerdo nuclear de 2015 vuelve a la normalidad.
Los funcionarios creen que Israel debe cumplir con una solicitud de Washington de no tomar medidas que descarrilen las negociaciones.
El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, no ha hecho una solicitud explícita a ese efecto, pero los mensajes transmitidos por los funcionarios de seguridad estadounidenses instaron a Israel a mostrar la máxima moderación mientras se llevaban a cabo las negociaciones.
Como tal, Israel ha decidido, como parte de sus esfuerzos para mejorar las relaciones con Washington, restringir al mínimo las acciones ofensivas contra Irán.
Estos podrían incluir convoyes en huelga que están transfiriendo sistemas de armas avanzados a Hezbollah y Siria que podrían cambiar el equilibrio de poder en el frente noreste de Israel.
Estos asuntos fueron discutidos en una reunión dominical del gabinete de seguridad, que se reunió por primera vez desde febrero, aunque no se anunció ninguna decisión. El gabinete de seguridad se reunirá la próxima semana y en su agenda también estará la necesidad de detener la reciente oleada de filtraciones que emanan de Jerusalem acerca de las incursiones israelíes contra Irán.