Dado que todas las encuestas electorales predicen un resultado casi idéntico a la ronda anterior, en la cual el bloque de derecha es un poco más grande que el de centro-izquierda pero ninguno llega a los 61 mandatos sin el acompañamiento de Yisrael Beiteinu, los votos más importantes dentro de dos semanas serán los de aquellos que no tienen pensado acudir a las urnas.
En la votación anterior, en septiembre de 2019, también fueron determinantes aquellos votantes que no habían asistido en abril. Es decir, los que pasaron de un rol pasivo a uno activo, entre quienes se destacaron los votos árabes de la Lista Árabe Conjunta. Del mismo modo, los numerosos votantes del Likid que decidieron quedarse en sus casas contribuyeron a la caída del partido gobernante.
La importancia de los no votantes se refleja justamente en el caso del Likud, que en las últimas elecciones pasó de obtener 35 a 32 escaños. Basado en Big Data en lugar de encuestas, el empresario Erik Gomenowski descubrió que la agrupación de Netanyahu perdió el 6% de sus votos y que los mismos no eligieron a otro partido, sino que simplemente se quedaron en sus hogares.
¿Qué harán para que esta vez los votantes dejen sus casas? Los partidos principales, especialmente el Likud, invierten mucho tiempo y energía en convencer cada voto posible. El lunes el primer ministro Netanyahu publicó un video en su página de Facebook junto a una leyenda: "Esta vez toda la familia Vardi irá a votar. ¿Y ustedes?"
En el video Netanyahu se encuentra con una familia en la que algunos de sus miembros no votaron en septiembre porque confiaban en una victoria del Likud sin su participación. "Si no, Gantz establecerá un gobierno con la izquierda y el apoyo de Ahmed Tibi", advierte el mandatario y convoca a los usuarios a etiquetar a otras familias que hayan adoptado una postura similar, con el compromiso de visitarlas también e intentar convencerlas.
En el año 2015 el actual primer ministro logró la reelección detrás del eslogan de que "los árabes acudirán a las urnas". El año pasado, en la ronda de septiembre, el lema de campaña fue "Netanyahu: sí o no" y así logró atraer más israelíes a las urnas. Es difícil determinar si el enfoque actual provocará el mismo efecto en esta oportunidad.
Que el 17 de septiembre de 2019 el porcentaje de votantes haya aumentado de 68,5 a 69,8% fue una sorpresa grande para los analistas políticos, ya que en el mundo occidental existe un fenómeno que se conoce como el "agotamiento de los votantes" de parte de las poblaciones que deben asistir a las urnas tan a menudo. Esto se manifiesta con diferentes niveles de indiferencia, protesta y en muchos casos abstenciones. Lo complejo, según el especialista Chen Friedberg del Instituto de Democracia Israelí, es determinar qué segmentos se verán más perjudicados por este hartazgo de los votantes.
Otro factor que puede afectar en esta tercera ronda electoral es el coronavirus. Según las últimas pautas del Ministerio de Salud, no solo quienes regresen de China, sino quienes vuelvan de Hong Kong, Singapur, Macao y un destino popular como Tailandia, en cuanto ingresen a Israel deberán atravesar una etapa de aislamiento de dos semanas. Informes indican que se podrían habilitar mesas electorales para quienes regresen de estos países, pero resulta difícil predecir el efecto de esta variable en la votación y los resultados.
A su vez, la jornada electoral se desarrollará en el cierre de uno de los inviernos más lluviosos de los últimos años en Israel, y es una incógnita saber qué sucedería en caso de mal tiempo. Asaf Shapira, doctor del Instituto de Democracia Israelí, asegura que los partidos ultraortodoxos son los únicos que no se verían afectados por un posible día de lluvias y tormentas.