Una pandemia causada por una infección nueva y desconocida genera incertidumbre y pánico. Las medidas extremas son importantes, en una primera etapa, para contener la enfermedad hasta que nuevas informaciones aparezcan. Se debe estar un paso por delante de la enfermedad.
Un evento biológico tan inusual como el coronavirus, exige un trabajo de inteligencia que proporcione nuevos datos en tiempo real, una habilidad con la cual no creo que Israel cuente. Por lo tanto, las decisiones quedan en manos de responsables políticos y basadas en un buen equilibrio entre costo y beneficio.
La gran diferencia entre el grado de enfermedad por COVID-19 en jóvenes y en adultos mayores o pacientes con enfermedades de base debería justificar un cambio drástico en la estrategia general.
La estrategia hoy es suprimir la enfermedad minimizando la propagación del virus en el público en general a través del distanciamiento social y la cuarentena. Esto tiene por objetivo evitar el colapso del sistema de salud por la asistencia en masa de nuevos casos. Y, si bien es una forma adecuada de ralentizar la tasa de infección, el costo humano, social y económico podría volverse intolerable.
La estrategia conocida como "aplanamiento de la curva" sólo posterga la sobrecarga inevitable en los hospitales, al tiempo que aumenta el riesgo para los trabajadores de la salud. Los hospitales están limitados por la cantidad de unidades de terapia intensiva. Los casos leves deben administrarse fuera de los centros médicos para evitar el colapso y mientras tanto aumentar la cantidad de respiradores artificiales y capacitar equipos de trabajadores.
Las cifras importantes a tener en cuenta no son el número de casos confirmados, que reflejan un aumento en la cantidad de tests, sino el número de casos graves y muertes como resultado de la enfermedad.
Italia y España asistieron a un aumento en la cantidad de pacientes críticos que excedió su capacidad hospitalaria, mientras que países como Suiza y Alemania pudieron contener el número, manteniendo la cantidad de enfermos graves por debajo del 2% del total de casos.
Israel implementó, aunque lenta y vacilante, medidas correctas desde el principio. La contención actual del virus presenta una oportunidad para reexaminar la estrategia a futuro. Las últimas medidas de aislamiento, destinadas a combatir el brote, deben ser aplicadas a poblaciones de riesgo. Mientras tanto, el resto de la población debería volver gradualmente a su vida cotidiana.
La política de testeos masivos es importante que continúe para identificar nuevos brotes de la enfermedad y asegurarnos que estamos protegiendo a los equipos médicos contra la infección.
Si se permite que los jóvenes y personas sanas en general regresen a sus trabajos más personas se infectarán del virus, pero en su mayoría tendrán sólo síntomas leves. Esto crearía lo que se conoce como inmunidad colectiva, una forma de protección indirecta contra un virus que ocurre cuando un gran porcentaje de una población se ha vuelto inmune a sus efectos.
Cuando la crisis termine, las únicas dos cosas que nos van a importar son la cantidad de muertos por coronavirus y el estado de la economía en Israel. El número total de infectados, una vez que lograste la inmunidad colectiva, es irrelevante.
La Organización Mundial de la Salud definió la estabilidad económica y social como objetivos estratégicos. La adopción de esta estrategia equilibrará la necesidad de reducir los efectos de la enfermedad con la preservación de nuestra sociedad.
Es hora de cambiar el objetivo actual de minimizar la propagación en toda la sociedad a aislar sólo a los vulnerables, reducir las muertes y minimizar el daño social.
Difundir el miedo no puede ser la estrategia. Nuestros líderes deben estar preparados para tomar decisiones audaces al tiempo que infunden esperanza. Todo esto, bajo la comprensión de que estamos ante un evento de características bélicas, que por lo tanto requiere una respuesta de características militares. Es hora de entregar la administración de la crisis a aquellos que estén mejor capacitados para la tarea.
