Michael Harari.
Michael Harari.
Gentileza del Instituto Mitvim
El canciller Yair Lapid (izquierda) y el primer ministro Naftalí Bennett.

Un pequeño consejo amistoso para Bennett y Lapid

Opinión. El nuevo gobierno israelí debe tomar la iniciativa en áreas clave, en particular moviéndose rápidamente para reparar los lazos con el Partido Demócrata de Estados Unidos y con los judíos estadounidenses y lanzando una iniciativa diplomática que intente resolver el conflicto con los palestinos.

Michael Harari - Adaptado por Leandro Fleischer |
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Sin entrar en las complejidades político-sociales que nos esperan a nosotros y al nuevo gobierno, vale la pena recordar al primer ministro Naftalí Bennett, al ministro de Relaciones Exteriores, Yair Lapid, y al ministro de Defensa, Benny Gantz, varios principios de política exterior que incluso el gobierno compuesto por partidos de diferentes corrientes puede aceptar.
1. El lugar natural de Israel se encuentra entre los países democráticos liberales. En los últimos años, el Estado judío ha fortalecido sus relaciones con regímenes cada vez más autoritarios (Hungría y Brasil, entre otros) con los que parece sentirse bastante cómodo.
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El canciller Yair Lapid y el primer ministro Naftalí Bennett.
El canciller Yair Lapid y el primer ministro Naftalí Bennett.
El canciller Yair Lapid (izquierda) y el primer ministro Naftalí Bennett.
(Reuters)
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, es un verdadero amigo, pero no opera en el vacío. También lo son las diversas corrientes de la comunidad judía estadounidense.
La fuerza de Israel radica en una combinación de valores compartidos e intereses a largo plazo, y no solo en intereses a corto plazo. Es cierto que nuestros amigos liberales a menudo nos critican, pero ¿desde cuándo Israel teme a las críticas?
2. Las relaciones con nuestro aliado estratégico, Estados Unidos, deben enmendarse rápidamente. La relación íntima de Israel con la administración Trump dañó los lazos con el Partido Demócrata y socavó su posición en la arena pública estadounidense, donde siempre había gozado de un impresionante apoyo bipartidista.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, es un verdadero amigo, pero no opera en el vacío. También lo son las diversas corrientes de la comunidad judía estadounidense.
3. Ahora más que nunca, Israel necesita una iniciativa diplomática, una que destaque lo positivo en lugar de lo negativo. Israel debe elaborar estrategias para integrarse pacíficamente en la región y en el escenario internacional en general.
La iniciativa requerida se basaría en principios y resoluciones internacionales que han sido aceptables para todos los gobiernos israelíes, como las Resoluciones 242 y 338 de la ONU y la "Hoja de ruta hacia la paz" elaborada por la administración de George W. Bush.
Esta iniciativa debe tener en cuenta los cambios dramáticos en la región durante la última década, incluido el logro del gobierno anterior en la normalización de relaciones con Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Sudán y Marruecos a través de los Acuerdos de Abraham.
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Naftalí Bennett y Joe Biden.
Naftalí Bennett y Joe Biden.
Israel debe enmendar sus relaciones en el Partido Demócrata. El primer ministro Naftalí Bennett y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
(Ariel Zandberg/AP)
Una iniciativa diplomática que intenta resolver el conflicto palestino-israelí, sin importar cuán duro y complejo sea, genera impulso
La Iniciativa de Paz Árabe de 2002, patrocinada por nuestro nuevo amigo no oficial Arabia Saudita, podría proporcionar una base sólida para remodelar la imagen de la región de una manera que sirva a la seguridad nacional de Israel.
Un principio de hierro guía las políticas exteriores y de defensa de Israel: la iniciativa transmite poder y previsión, incluso si el camino es difícil. La iniciativa conserva un margen de maniobra y una opinión pública favorable en el país y en el extranjero.
4. Una iniciativa diplomática que intenta resolver el conflicto palestino-israelí, sin importar cuán duro y complejo sea, genera impulso. Esto en sí mismo, si se maneja con prudencia y responsabilidad, genera esperanza, un componente vital de cualquier resolución de conflicto, y es especialmente bienvenido en el escenario internacional que clama por señales positivas relacionadas con el conflicto israelí-palestino.
Momentum no significa ingenuidad, sino más bien una comprensión sobria de lo que se puede esperar de un país como Israel. Esto se traduce en el inicio de un diálogo diplomático en todos los niveles entre Israel y la Autoridad Palestina.
La ausencia prolongada de esa negociación y la narrativa profundamente arraigada según la cual Israel no tiene un socio para el diálogo, han generado un sentimiento de desconfianza profundo y comprensible entre los israelíes.
Tanto un cambio de atmósfera, como la realización de reuniones y diálogos aliviarán este escepticismo y aumentarán la confianza. Y quién sabe, incluso podría conducir a acuerdos y concesiones. El éxito de tal proceso diplomático con los palestinos apenas está garantizado, pero es vital. La operación "Guardián de los Muros" demostró una vez más que la cuestión palestina está viva y coleando.
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Abdullatif al-Zayani, ministro de Asuntos Exteriores de Bahréin, Benjamin Netanyahu, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y Abdullah bin Zayed Al-Nahyan, ministro de Asuntos Exteriores de Emiratos Árabes Unidos, durante la firma de los Acuerdos de Abraham en la Casa Blanca.
Abdullatif al-Zayani, ministro de Asuntos Exteriores de Bahréin, Benjamin Netanyahu, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y Abdullah bin Zayed Al-Nahyan, ministro de Asuntos Exteriores de Emiratos Árabes Unidos, durante la firma de los Acuerdos de Abraham en la Casa Blanca.
Acuerdos de Abraham firmados por Israel con Emiratos y Bahrein en la Casa Blanca en 2020.
(AFP)
La diplomacia es una profesión distinta, y los diplomáticos son los expertos indiscutidos en el trato con la región y el escenario internacional. Su voz debe ser escuchada, incluso antes que la voz de las agencias de defensa.
5. Fortalecimiento del Ministerio de Relaciones Exteriores. El acuerdo de coalición se refiere a la importancia de fortalecer el componente de política exterior de la seguridad nacional de Israel y debe traducirse en acciones.
El Ministerio de Relaciones Exteriores es una organización profesional encargada de la conducción de las relaciones exteriores de Israel. La diplomacia es una profesión distinta, y los diplomáticos son los expertos indiscutidos en el trato con la región y el escenario internacional. Su voz debe ser escuchada, incluso antes que la voz de las agencias de defensa.
Este principio se ha erosionado enormemente en los últimos años, a pesar de su importancia crucial para Israel, dados los desafíos únicos y complejos que enfrenta. El fortalecimiento de la diplomacia y la política exterior también debe traducirse en asignaciones presupuestarias. Estamos hablando de sumas insignificantes, por no mencionar casi ridículas, fuera del presupuesto estatal.
6. "Hasbará", el término hebreo para referirse a la diplomacia pública, es un corolario de la política. Tendemos a oponernos a esta verdad básica: el Estado de Israel es una potencia regional - diplomática, militar y económica - pero también es un país que ocupa territorios palestinos en disputa. En lugar de percibir las altas expectativas de Israel como un ultraje injusto, deberíamos verlas como un cumplido.
La adopción de estos principios reforzará la posición de Israel mucho más que las varias entidades involucradas en "Hasbará", en su mayoría sin ninguna coordinación.
Michael Harari es becario de políticas en Mitvim, el Instituto Israelí de Políticas Exteriores Regionales, y exembajador de Israel en Chipre
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