Ron Ben Yishai
Ron Ben Yishai.
Ynet
Putin, en la mira de la elite rusa.

Grietas en el Kremlin: las élites en Rusia aumentan las críticas a Putin

Análisis. Desplantes militares, renuncias de gobernadores y declaraciones televisivas que critican la guerra en Ucrania son algunos de los síntomas que podrían precipitar el fin de la invasión rusa.

Ron Ben Yishai - Adaptado por Tom Wichter |
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Si bien la “operación militar especial” en Ucrania todavía alcanza una popularidad del 70% entre su población, las críticas de las élites rusas hacia el presidente Vladimir Putin están creciendo y tal vez el final de la guerra está más cerca de lo previsto.
Las internas que afectan a Putin se dan entre lo que solían ser sus principales fortalezas: importantes funcionarios de defensa, oligarcas leales y gobernadores provinciales. Los primeros signos de descontento aparecieron en los primeros días de la guerra. Uno de los episodios más destacados fue la renuncia del responsable del Banco Central de Rusia y un importante miembro diplomático, junto con algunos empresarios multimillonarios que abandonaron el país.
Eso se vio como una respuesta tolerable de la oposición que Putin podría contener sin sobresaltos. Pero a medida que avanza la guerra, que se prolonga desde hace tres meses, se registran fenómenos cuya acumulación amenaza el control de Putin sobre la situación.
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Putin
Putin
Putin, en la mira de la elite rusa.
(EPA)
El 9 de mayo, en un desfile que conmemoraba el aniversario del triunfo ruso sobre los nazis, se esperaba un discurso amenazante y hasta se había vaticinado la posibilidad de una declaración oficial de guerra contra Ucrania. Sin embargo, el discurso de Putín ese día fue más parecido a una disculpa que a una amenaza. Y el detalle más importante de ese día fue la suspensión de la exhibición de la Fuerza Aérea sobre los cielos de Moscú y otras ciudades del país.
El argumento oficial del Kremlin fue que la exhibición fue cancelada por mal tiempo, pero cualquier televidente podía ver en su pantalla el cielo azul y despejado sobre la Plaza Roja de Moscú al momento del acto. Por eso no es descabellado pensar que el motivo de la cancelación fue político. Por ejemplo: el temor a que algún piloto o comandante exprese durante el vuelo su protesta contra la invasión a Ucrania. El Kremlin tal vez recordó la experiencia de Turquía en 2016, cuando un fallido intento de golpe de estado se inició con aviones de la fuerza aérea turca realizando vuelos amenazantes sobre Ankara.
Esa es apenas una de las señales del debilitamiento del poder de Putin. Otra la protagonizaron cuatro importantes gobernadores provinciales, que recientemente renunciaron o se vieron obligados a hacerlo. Pero el síntoma más claro fue cuando un ex militar de alto rango dijo en el canal de televisión estatal que la guerra en Ucrania fue un error, y que no se estaba gestionando de manera adecuada.
A medida que avanza la guerra, que se prolonga desde hace tres meses, se registran fenómenos cuya acumulación amenaza el control de Putin sobre la situación.
Así lo expresó en el programa “60 minutos” un veterano comandante de las fuerzas aéreas rusas, Mikhail Khodaryonok, hoy periodista especializado en asuntos militares. Se trató de un episodio extraordinario en medio de la censura, encarcelamiento incluido, que impuso Moscú a cualquiera que critique la “operación militar” o que llame “guerra” a la invasión rusa en Ucrania.
Es más: antes de la invasión Khodaryonok escribió una carta pública a Putin advirtiendo que el ingreso militar a Ucrania iba en contra del interés nacional ruso. El hecho de que el canal ruso haya invitado a una persona conocida por sus puntos de vista opuestos a los oficiales indica que la disciplina del Kremlin fue vulnerada. Lo más extraño es que el entrevistador, conocido por su apoyo abierto y arrogante al presidente, no intentó interrumpir las críticas del invitado.
Puede haber sido un intento sofisticado del Kremlin para dejar que los críticos de la guerra se desahoguen y demostrar confianza en sí mismos. Tal vez hasta fue una iniciativa oficial cuyo objetivo es preparar a la opinión pública para un congelamiento o cambio de estrategia en los combates. Pero también es posible que la aparición de Khodaryonok sea una señal indirecta del malestar de la cúpula militar, que llegó a tal magnitud que ni los obedientes jefes de la televisión estatal rusa pueden o quieren ignorar.
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Ejercito Rusia Moscú
Ejercito Rusia Moscú
Tanques desfilan en la Plaza Roja de Moscú.
(EPA)
Fuentes de inteligencia occidentales afirman que Putin mantuvo acaloradas discusiones con los comandantes de su ejército. Según estos reportes, los generales afirmaron que el ejército ruso se estaba muriendo de hambre y que no habían recibido equipamiento adecuado, por lo que habían fracasado en los combates y era necesario invertir mucho dinero para continuar en Ucrania. Un dinero que Rusia no tiene, en buena parte debido a las sanciones occidentales.
En el frente de batalla el ejército ruso no está logrando los objetivos trazados el mes pasado. No pudo rodear a las fuerzas ucranianas que defienden la región de Donbas, ni avanzar hacia el oeste en la costa del Mar Negro más allá de la ciudad de Kherson. Odessa y Mykolaiv, dos importantes ciudades portuarias, no fueron conquistadas y no parece que los rusos puedan hacerlo pronto. El único logro militar de los rusos hasta el momento fue la rendición de los combatientes ucranianos en Mariupol, concretado esta semana, aunque en la práctica la mayor parte de la ciudad ya estaba bajo control ruso desde hace un mes
Los ucranianos tampoco pueden, al menos por el momento, realizar contraataques significativos que logren repeler a las fuerzas rusas del territorio ucraniano. Los únicos avances del ejército ocurren en lugares en que las fuerzas rusas comenzaron a retirarse, como las afueras de la ciudad de Kharkiv. Por eso es probable que este estado de situación se mantenga estático durante mucho tiempo.
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Ejercito Ucrania
Ejercito Ucrania
Soldados ucranianos se retiran de Mariupol.
(Reuters)
Putin seguirá intentando conquistar toda la región del Donbas y las costas del Mar Negro con el objetivo de sofocar la economía ucraniana. En tanto Ucrania, alentado por occidente, no se dará por vencido y ofrecerá una guerra todavía más espeluznante cuando las armas que envíe la OTAN vuelvan a sus acciones más efectivas y ofensivas.
El pedido de Finlandia y Suecia para unirse a la OTAN es otro golpe a Rusia que probablemente aumente las grietas en Moscú. Pero cualquiera que conozca la realidad rusa debe saber que, por el momento, no hay ninguna figura o líder conocido que pueda asomar como alternativa a Putin.
El apoyo popular al presidente es muy alto a pesar de que las sanciones occidentales ya se empiezan a sentir. Pero la presión de las elites es grande y probablemente pueda provocar un cambio de política en Ucrania. De momento, solamente Putin puede sacar a la guerra del punto muerto en el que cayó. Él o su sucesor terminarán la guerra de una forma u otra. ¿Cuándo sucederá? Es muy difícil saberlo. Los tiranos no anuncian de antemano cuándo cambian una política, y mucho menos cuándo terminan sus gobiernos.
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