¿Cómo te paras frente a un paciente y le dices que no tienes suficientes recursos para tratarlo? Nunca hubiera pensado que tendría que vivir un momento en mi carrera en el que me vea obligado a decirles a los pacientes que no podemos cuidarlos debido a la falta de equipos y recursos.
Tampoco hubiera pensado que tendría que asistir a una protesta pública para obtener los fondos necesarios para comprar equipos para pacientes. Nunca pensé que tendría que luchar y convencer a nadie de la importancia de un sistema de salud fuerte.
Si el primer ministro Naftali Bennett, el ministro de Finanzas Avigdor Liberman y el ministro de Salud Nitzan Horowitz no se despiertan y ponen fin a esta desgracia de inmediato, el colapso de los hospitales y el sistema de salud del país estará en su conciencia.
Durante la semana que pasó me sentí avergonzado. Durante los últimos 20 años, como comandante del hospital de campaña del Cuerpo Médico de las FDI, he dirigido misiones de ayuda a algunas de las zonas más afectadas por desastres del mundo. En Japón, Nepal, Haití y otros lugares. En esos países vi lo que sucede cuando el sistema de salud colapsa y no atiende a miles de pacientes. Vi el dolor y la frustración de los enfermos y heridos.
Sin embargo, siempre estuve orgulloso de la atención médica de mi país porque sabía que nunca nos sucedería. Pero durante el año pasado, mi creencia ha vacilado. No por el nivel médico del país o por el increíble personal médico. Pero sí debido a la absoluta falta de comprensión del gobierno sobre la difícil situación de los hospitales.
Soy doctor. Un cirujano cardiólogo. Dirijo las unidades de trauma en el Centro Médico Shaarei Tzedek en Jerusalem y he tratado a miles de heridos. El propósito de mi vida es tratar y ayudar a las personas, no luchar por presupuestos y pedir ayuda. Lo que está sucediendo en Shaarei Tzedek, el Hospital Hadassah, el Hospital Laniado, el Centro Médico Mayanei HaYeshua y en los tres hospitales de Nazaret, es nada menos que un colapso de la seguridad médica de Israel.
¿Cómo pueden los dirigentes del país dormir de noche sabiendo que dos millones de personas se ven privadas de la mejor atención posible debido a disputas presupuestarias? ¿Cómo pueden dormir sabiendo que no tenemos dinero para comprar catéteres para tratamientos urgentes o que no tenemos dinero para pagar al banco de sangre las dosis urgentes de transfusión de sangre para nuestros pacientes?
En la víspera de Shavuot de este año, 120 heridos llegaron a la sala de emergencias de Shaarei Tzedek después del colapso de un puesto de la sinagoga en Givat Zeev. Un evento con múltiples víctimas requiere la movilización de todo el sistema de salud. Algunos pacientes recibieron no menos de 70 dosis de sangre. ¿Qué haremos si ocurre un evento similar en un futuro próximo? ¿Cómo vamos a cuidarlos sin sangre ni equipo? Si no los cuidamos nosotros, ¿quién lo hará?
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Heridos al llegar a Shaare Zedek después del colapso del stand en Givat Zeev.
(Yoav Dudkevich)
Durante el último año y medio, hemos tratado a miles de pacientes con COVID-19 en Shaarei Tzedek. Fuimos los primeros en abrir una sala dedicada a este virus en Jerusalem. En las cuatro oleadas de coronavirus de Israel, estuvimos entre los tres hospitales del país donde la mayoría de los pacientes fueron hospitalizados.
Con el fin de agregar más camas para pacientes, convertimos el comedor de los trabajadores en otra sala de COVID-19. Hicimos todo por nuestros pacientes. Sin preguntas. Porque ese es nuestro trabajo y nuestra misión. Pero, lamentablemente, nos encontramos librando dos guerras a la vez: una contra el COVID-19 y la otra contra el gobierno por el bien de nuestra supervivencia económica.
En lugar de ayudarnos, las autoridades rechazan nuestras súplicas una y otra vez. Es doloroso y exasperante. La parte más triste de toda esta historia es que todo lo que los líderes de Israel tienen que hacer para resolver esta farsa es honrar el acuerdo que se firmó con nosotros hace no más de seis meses. ¡Deberían estar avergonzados!
*El profesor Ofer Merin es el director general del Centro Médico Shaarei Tzedek de Jerusalem.
