Cuando los israelíes dicen "nosotros", ¿a quién se refieren? ¿Qué es exactamente el colectivo israelí?
En el pasado, la respuesta era clara: ese "nosotros" colectivo se refería al Estado de Israel, la sociedad israelí y el pueblo israelí.
Incluso cuando hubieron disputas, sabíamos que nuestros cimientos eran sólidos. Esto pudo observarse mejor en tiempos de crisis, cuando el pueblo de Israel se unía a nivel social y nacional.
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Enfrentamientos entre personas que se manifiestan contra el cierre general y policías en Tel Aviv.
(AFP)
En los días de la crisis de coronavirus, Israel se encuentra en uno de los estados de emergencia más difíciles que jamás haya conocido.
Pero a diferencia de crisis anteriores, no existe una división ideológica sobre el manejo de la crisis de coronavirus, un peligro que no diferencia entre izquierda y derecha, secular y ultraortodoxo o musulmán, cristiano y judío.
Todos estamos de acuerdo en que el objetivo es derrotar al virus.
Las disputas prevalecientes en Israel hoy en día que tratan sobre la mejor manera de combatir el coronavirus son de naturaleza profesional. No tienen conexión alguna con ninguna visión del mundo.
Aun así, las divisiones en la sociedad israelí sólo han aumentado durante la pandemia, alcanzando niveles que nunca antes habíamos visto aquí.
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La ministra de Transporte, Miri Regev, calificó a los manifestantes antigubernamentales como "izquierdistas radicales".
(Avi Moalem)
La crisis sanitaria ha sacado a la superficie la mayor amenaza que enfrenta Israel: el desgarro en el tejido de nuestra sociedad que amenaza con tragarse el concepto de "nosotros".
El "nosotros" nacional ha sido usurpado por el "nosotros" tribal: la izquierda está solo con la izquierda, la derecha solo con la derecha, los ultraortodoxos solo con ellos mismos, y así sucesivamente.
Este es un giro desastroso de los acontecimientos, especialmente dado que Israel todavía enfrenta constantes amenazas existenciales.
Sin el "nosotros", ¿cómo nos enfrentamos a nuestras numerosas amenazas externas?
Cuando nos dividimos en tribus, quien tiene otra ideología no se percibe como un interlocutor para el diálogo sobre lo que es mejor para el país; cuando estamos divididos, él es percibido como enemigo.
Los individuos siguen a los líderes extremistas de su tribu y en el camino se pierden en la constante demonización del otro. Esto crea una mentalidad de rebaño que prácticamente borra el pensamiento singular, individual y crítico.
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Partidarios del Likud acusan al fiscal general, Avichai Mandelblit, de intentar derrocar al gobierno de Netanyahu.
(Dana Kopel)
¿Cómo es posible que muchos de nosotros creemos en una teoría conspirativa descabellada que afirma que la Policía, la Fiscalía General, la Autoridad Fiscal, el fiscal general y los tribunales son todos organismos corruptos cuyo único objetivo es llevar a cabo un golpe de Estado al incriminar al primer ministro Benjamín Netanyahu y, por lo tanto, sacar a la derecha del poder?
¿Cómo es posible que tantos compren la teoría de que destacados derechistas como el exjefe de policía Roni Alsheikh y el fiscal general Avichai Mandelblit, ambos designados por el gobierno de Netanyahu, están tratando de liderar un golpe para derrocar a la derecha?
En tiempos de oscuridad, cuando la mente del individuo está nublada, muchos pierden el sentido del juicio y se tragan cualquier propaganda que empañe a quienes perciben como enemigos.
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Dos hombres acusados de atacar a manifestantes antigubernamentales en el tribunal.
(Moti Kimchi)
Esto no es culpa de ningún sector en particular.
La teoría conspirativa que afirma que Netanyahu obligó a todo Israel al cierre sin más razón que establecer una dictadura y reprimir las manifestaciones en su contra es igualmente absurda.
Este estado de ánimo, esta cultura que ha engordado por la adversidad y el conflicto, es una amenaza muy real para Israel y su pueblo.
Debemos dejar de seguir a los extremistas y volver a conectarnos con el “nosotros” social y seguir nuestro propio pensamiento individual.
