Eclipsado por la guerra, hace semanas se publicó el informe anual de pobreza del Instituto Nacional de Seguros. Este año, como en los anteriores, el informe señala una sombría realidad: Israel vive una de las situaciones más alarmantes entre los países desarrollados.
De hecho, en el índice de pobreza infantil, Israel ocupa el segundo lugar, tras Costa Rica, y entre personas mayores también ocupa un lugar destacado, después de países como Estados Unidos, Australia y Japón.
5 צפייה בגלריה


Israel, segundo lugar después de Costa Rica en el índice de pobreza infantil de los países desarrollados.
(Amit Shavi)
El informe fue seguido por numerosas reacciones de internautas en las redes sociales que se niegan a creer que exista pobreza en el Estado de Israel, al tiempo que intentan restar importancia al valor del documento.
Lo cierto es que el informe es una instantánea fiable de la realidad de la vida en Israel. Un estudio exhaustivo del mismo permite estar expuesto a algunos datos que pueden desafiar las percepciones dominantes entre el público.
La pobreza no es necesariamente producto de la falta de ingresos
Según los datos, más del 70% de familias pobres en edad de trabajar tienen al menos un sostén de familia, de las cuales casi una cuarta parte de las familias son con dos o más sostén.
Por lo tanto, el concepto de que los pobres son pobres porque no trabajan no es cierto. Sería más exacto decir que el empleo no necesariamente rescata a las familias de la pobreza, especialmente cuando el nivel de ingresos es bajo.
5 צפייה בגלריה


El Instituto Nacional de Seguros publicó su informe anual sobre la pobreza en Israel.
(Nadav Abas)
La adición a los gastos del hogar a medida que la familia crece no se duplica, sino que permanece constante
La línea de pobreza del Seguro Nacional se basa en escala de equivalencia, lo que significa que productos y servicios que consume una familia aumentan a medida que sube el número de personas en la familia. Es decir, detrás del cálculo matemático está la suposición de que una familia formada por una pareja y cinco hijos gastará más dinero en comida que una familia con una pareja y dos hijos, pero la ropa, por ejemplo, se pasa de un niño a otro.
Debido a esto, a medida que aumenta el número de personas en la familia, el aumento requerido para gastos del hogar será relativo y no se multiplicará.
Esto significa que una familia con una pareja y cinco hijos será considerada, según el índice de equivalencia, como una familia de 4,75 personas. Mientras que una familia de una pareja y dos hijos se considerará que tiene 3,20.
Por lo tanto, si se determina que el umbral de pobreza es de 3.076 shekels por persona, significa que en una familia en la que hay una pareja con cinco hijos, el umbral no será de 21.532 shekels.
Para no ser considerada por debajo del umbral de pobreza, el ingreso necesario para una familia con esa composición es de 14.611 shekels.
Cuando se observa que el 51,6% de las familias con cinco hijos se encuentran por debajo del umbral de pobreza, significa que sus ingresos mensuales no superan esa cantidad.
La religión también tiene que ver
La idea popular entre el público de que los ultraortodoxos son el grupo de población más pobre, es una percepción que plantea un interrogante en vista de la brecha existente entre el método de medición aceptado y lo que se llama "pobreza subjetiva". Según los datos del informe, el 22,4% de los ultraortodoxos son pobres. Sin embargo, en los últimos años el Instituto Nacional de Seguros introdujo un nuevo indicador: la pobreza subjetiva.
Según esta medición, la tasa de personas que se sentían pobres en la sociedad ultraortodoxa es mucho menor (12,3%) que las tasas objetivas de pobreza calculadas según un método de medición del ingreso.
De hecho, se los define como pobres pero no se sienten pobres. Esto significa que las familias ultraortodoxas eligen vivir un estilo de vida diferente al del resto del público al que se aplica la medición.
Una trampa de pobreza institucionalizada
El 54% de las familias que reciben un subsidio de apoyo a ingresos y el 40% de las que reciben una pensión alimenticia del Seguro Nacional viven en la pobreza. Su capacidad para integrarse al mercado laboral está limitada por varias razones: cuidado de los niños, vejez que no da derecho a una pensión, una enfermedad que no da derecho a una pensión de invalidez, etc...
Una mujer que recibe pensión alimenticia del Seguro Nacional es una cuyo divorcio no confirma la sentencia en su caso. Una mujer menor de 55 años y dos o más hijos menores de 18 años tiene la posibilidad de ganar un salario bruto de hasta 7.864 sheleks. Por cada shekel que gane por encima de esta cantidad, sus pagos de pensión alimenticia se compensarán.
Esto significa que hay una trampa de pobreza institucionalizada.
Es decir, la capacidad de las personas que viven en la pobreza para salir de allí o mejorar su estatus económico y social es limitada.
5 צפייה בגלריה


Un anciano busca botellas de plástico en la basura para intercambiarlas por dinero.
(Ynet)
Además, el importe de las pensiones de la garantía de ingresos y los pagos de pensión alimenticia también preservan su situación financiera: en la garantía de ingresos, el importe de la prestación para una pareja con dos o más hijos es de 3.180 shekels. Si pueden trabajar, sólo tendrán derecho a seguir recibiendo el subsidio si ganan una cantidad que no exceda los 5.919.
No se debe comprar la pobreza israelí con la del resto del mundo
Ciertos políticos afirmaron en el pasado que no hay pobreza en Israel y, como se mencionó, parece que esta es una opinión generalizada incluso entre una gran parte del público. Quienes afirman esto se imaginan la pobreza como un vientre hinchado, familias hurgando en contenedores y niños trabajando.
Es importante recordar que la pobreza se mide en relación con el tiempo y el lugar y que la pobreza de, por ejemplo, Brasil, no es la pobreza de Israel.
Shiran Taib Almkias es investigador de políticas de pobreza y bienestar, y estudiante de doctorado en la Escuela de Trabajo Social y Bienestar Social de la Universidad Hebrea.