El Dr. Shmuel Rosenman es cofundador y presidente del programa Marcha por la Vida.
El Dr. Shmuel Rosenman es cofundador y presidente del programa Marcha por la Vida.
Cortesía
Imagen de la Marcha por la Vida de 2015.

Recordando el Holocausto en medio de los peligros de la era digital

Opinión. En tiempos en que los niños interactúan con el mundo a través de las redes sociales, donde el odio y el racismo no tienen control, es nuestro deber como educadores enseñarles los roles vitales de la tolerancia en una democracia.

*Shmuel Rosenman - Adaptado por Juan Martín Fernández |
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La mejor y más eficaz forma de conectar a las generaciones más jóvenes con la memoria del Holocausto es llevarlos físicamente a las tierras polacas empapadas de sangre para que vean los horrores con sus propios ojos. Al caminar a lo largo de la maldita vía del tren que conecta los campos de exterminio de Birkenau y Auschwitz, sentarse dentro de los barracones de prisioneros que alguna vez estuvieron abarrotados y ver las desesperadas marcas de uñas dejadas en las paredes de las cámaras de gas, uno puede realmente empezar a comprender estos eventos.
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Imagen de la Marcha por la Vida de 2015.
Imagen de la Marcha por la Vida de 2015.
Imagen de la Marcha por la Vida de 2015.
(AFP)
Así es como se les ha enseñado a aproximadamente 300.000 personas que han participado hasta ahora de las diferentes ediciones de la Marcha por la Vida. Sin embargo, en tiempos de pandemia (sin vuelos, marchas, ceremonias ni eventos), esta actividad no es posible.
Por eso, debemos abrazar el mundo digital como una opción viable y necesaria, a pesar de que no represente lo mismo ni genere las mismas sensaciones. Los niños de hoy interactúan cada vez más con el mundo a través de medios digitales y virtuales. Entonces, como educadores, estamos obligados a respetar esta tendencia y asegurarnos de que el contenido que los jóvenes ven en línea sea adecuado.
Esta tarea se vuelve doblemente relevante cuando vemos lo radical que puede ser el espacio digital: durante el año pasado, se observó en las redes un aumento no solo del discurso antisemita sino también del discurso de odio en general. Las últimas elecciones estadounidenses estuvieron llenas de teorías conspirativas, racismo, xenofobia y antisemitismo, que tuvieron lugar no solo en las redes sociales, sino también en los medios de comunicación de masas.
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Imagen antisemita publicada en Facebook.
Imagen antisemita publicada en Facebook.
Imagen antisemita publicada en Facebook.
(Captura de pantalla)
Gigantes de las redes sociales como Facebook y Twitter han anunciado que comenzarán a tomar medidas para combatir este odio. La plataforma liderada por Mark Zuckerberg, por ejemplo, ha dicho que eliminará todas las publicaciones que incluyan la negación del Holocausto.
Estas son medidas bienvenidas, pero solo representan una cara de la moneda. Además de luchar contra el racismo de manera implacable, debemos tomar medidas educativas proactivas para transmitir a nuestros hijos un mensaje de tolerancia y recordarles a dónde pueden conducir el racismo y el odio.
Los organizadores de la Marcha de la Vida hemos decidido dar el primer paso, lanzando una marcha virtual en línea y un evento conmemorativo especial para la Noche de los Cristales Rotos.
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Un atacante del Capitolio viste una prenda con la inscripción "Camp Auschwitz".
Un atacante del Capitolio viste una prenda con la inscripción "Camp Auschwitz".
Un atacante del Capitolio viste una prenda con la inscripción "Camp Auschwitz".
(AFP)
Aun así, es necesaria una acción más organizada y poderosa. Quedó demostrado el pasado 6 de enero, cuando una masa radicalizada -algunos integrantes envueltos en imágenes antisemitas y racistas- irrumpió en el Capitolio de Estados Unidos. Los protagonistas del ataque fueron influenciados por un diálogo conspirativo y lleno de odio en las redes sociales.
Aunque este intento de golpe fue frustrado, nos enseña lo importante y vital que es una batalla contra el odio, con la memoria del Holocausto como una herramienta importante para salvaguardar la democracia y la libertad. Entonces, toda democracia que se vea a sí misma como parte del mundo libre debe unirse a esta batalla, por ejemplo, fundando centros de investigación y estudio y ofreciendo información accesible.
Este esfuerzo global combinado ayudará a garantizar que el Holocausto nunca se olvide y que sus lecciones conduzcan a generaciones futuras más tolerantes y menos violentas. Porque, como nos comprometemos todos los años: Nunca más.
*El Dr. Shmuel Rosenman es cofundador y presidente del programa internacional Marcha por la Vida
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