Los dioses han sonreído al líder de Kajol Labán, Benny Gantz, una vez más.
Le sonrieron a lo largo de su carrera militar, le sonrieron cuando ingresó a la política, y le sonrieron una vez más cuando Avodá y Meretz unieron fuerzas esta semana, ya que Kajol Labán estaba rezando por no más de dos partidos compitiendo en su izquierda.
Pero es claro que esta nueva alianza tiene defectos. El único candidato árabe entre sus miembros es Issawi Frej, de Meretz, quien fue bajado hasta el 11° de la lista de candidatos de esta unión.
La idea de una asociación entre árabes y judíos tan publicitada por Meretz ya no existe.
No hay esfuerzos por incluir a un árabe entre los líderes, pese a que Frej es probablemente el único responsable de que Meretz haya cruzado el umbral de la Knesset en las elecciones de abril.
Estas son las gracias que Meretz da a los votantes árabes o incluso a Frej. ¿Por qué es que el parlamentario árabe se queda nuevamente con la peor parte?
Pero enfrentemos la realidad. La centroizquierda judía no da realmente la bienvenida a los ciudadanos árabes del país. Los partidos políticos judíos prefieren mantenerse alejados de la comunidad árabe, y si tienen un candidato árabe se aseguran de que no pueda ser electo, esperando así atraer votantes árabes sin tener que representar al electorado árabe.
Los partidos de centroizquierda parecen disfrutar cerrar la puerta en la cara de los ciudadanos árabes que esperan integrarse en la arena política. Quieren a los árabes en sus campañas, pero no quieren que formen parte del gobierno.
En la política y otros aspectos de la vida, no se alienta a los árabes a participar, y no disfrutan de la igualdad que la ley aparentemente les otorga.
El político judío promedio debe entender que la nueva generación de árabes espera integrarse completamente en la sociedad israelí.
Kajol Labán, bajo el liderazgo de Benny Gantz, se ha rehusado a incluir a un árabe en su lista de candidatos, confiando en malos consejos de gente que advierte que la inclusión de un candidato árabe podría llevar a que potenciales votantes de derecha se pasen a la centroizquierda.
Irónicamente, estos votos no se los vio en las últimas dos elecciones.
Tengo curiosidad acerca de cómo reaccionarían los israelíes si los partidos demócrata o republicano de Estados Unidos deciden que no sería conveniente incluir un candidato judío.
¿Cómo llamarían los israelíes a tal eventualidad? Ah, sí. Antisemitismo.
Afif Abu Much
Emprendedor y contribuidor del sitio Al-Monitor