Justo antes de que se aprobara el presupuesto, mientras las evaluaciones hablaban de disolver el gobierno en este momento, fue precisamente entonces cuando el gobierno de Netanyahu se expandió en medio de una guerra y proporcionó al primer ministro su bien más importante: la estabilidad política.
Si bien la conferencia de verano antes de entrar en receso terminó con la coalición oscilando de un lado a otro y nadie puede estimar cuánto durará el gobierno, si es que durará, se está haciendo un movimiento que probablemente le garantizará muchos meses más de estabilidad. Tras bambalinas, cuando el líder de derecha Gideon Sa'ar entró en el gobierno el domingo por la noche, hubo quienes pidieron la medida y la vieron muy importante en este momento.
El primero en dirigirlo fue el ministro de Justicia, Yariv Levin. Junto con él estaba el presidente del Shas, Aryeh Deri, quien fue el que más sufrió la composición relativamente estrecha del gobierno después de que el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, decidiera bloquear toda la legislación importante del Shas hasta que fuera añadido al gabinete de guerra. Ahora, la entrada de Sa'ar en el gobierno puede moderar el poder de Ben-Gvir y hacer que sus amenazas sean casi vacías. En este momento, también es probable que los llamados a elecciones disminuyan mientras crezcan los avances en el norte.
El proceso por el que pasó Sa'ar con Netanyahu no es nuevo. En los últimos años, ha habido grandes residuos y animosidades entre ambos que han permeado a nivel personal, pero muchos meses antes de entrar en el gobierno –cuando participó junto a Gantz en el gobierno de Netanyahu en febrero– Sa'ar dijo en una entrevista con Knesset TV que estaba cambiando la ecuación con el primer ministro, y que todo lo que era cierto antes del 7 de octubre ya no lo es para el día después.
Sa'ar criticó duramente la línea débil del gobierno y la confrontación en los frentes sur y norte, pero se opuso a repetir la negativa generalizada a sentarse en el gobierno de Netanyahu, como había expresado antes de las elecciones. Recientemente recibió amplios informes de seguridad y, al mismo tiempo, comenzaron las conversaciones sobre su posible entrada en el gobierno. Lo que Netanyahu obtiene de la jugada está bastante claro, pero ¿qué sale de ella tras la tormenta?
Saar no es un político que se permita ser un "producto de estantería". La asociación con Benny Gantz, presidente de Kajol Labán, que lo privó de su margen de maniobra personal, ha terminado, y Saar ha vuelto a ser un actor político independiente, papel al que está acostumbrado y ama. Mientras tanto, su situación en las encuestas no es gloriosa, y aún no está claro si su movimiento con Netanyahu lo beneficiará y cómo.
Es posible que cuando llegue al gobierno, su camino de regreso al Likud esté allanado, y Saar se quede allí esperando el momento en que Netanyahu se mueva. También es posible que más adelante participe en una futura organización de derechas. De cualquier manera, Sa'ar envió un mensaje claro: regresará al bloque tradicional de derecha y se separará definitivamente de Gantz y Lapid.
First published: 00:46, 30.09.24