Más de 3.000 personas se acercaron el jueves a la noche al parque Charles Clore de Tel Aviv, en un evento para pedir al gobierno el regreso de las actividades culturales que interrumpió la crisis del coronavirus.
Con la aprobación de la policía de la ciudad, artistas israelíes erigieron un escenario y dispusieron diferentes medidas de seguridad, como pedir la utilización de mascarillas y marcar cruces en el césped para que los asistentes respetaran un distanciamiento de dos metros. Pero la gran multitud que se acercó al lugar provocó que fuera prácticamente imposible cumplir con dichas pautas.
Además de las dificultades para respetar las medidas que eviten la propagación del COVID-19, el espacio abierto no fue cercado como cada vez que se realizan espectáculos al aire libre, por lo que no existieron medidas de seguridad sobre las personas que se integraron a la multitud.
“Si me infecto con coronavirus, seguramente será aquí, pero realmente extrañaba esto”, contó entre risas Amit, una joven de 26 años. Su amiga Stav agregó: “Ya me había olvidado lo que se sentía estar en medio de una multitud. Al principio se respetó el distanciamiento, pero en un recital no se puede esperar que la gente no baile o se acerque a otras personas”.
Renana y Almog, dos amigas que llegaron desde Givatayim, indicaron que esta noche de música les recordaba a los festivales que celebran en cada aniversario de la independencia de Israel. “Tal vez sirva para compensar las prohibiciones del Yom Haatzmahut pasado”, sugirió Renana, mientras que Almog opinó que “estas restricciones no le interesan a nadie y ya deberían haberse abolido hace mucho tiempo”.
Aviv Geffen, uno de los músicos más famosos de Israel y que aportó alguna de sus canciones al recital, desde el escenario expresó su emoción por ver a miles de personas.
“Fue una etapa muy extraña, pero vinimos a apoyar a nuestros maravillosos artistas, a 170.000 personas que de golpe se quedaron sin ingresos”, afirmó Geffen, y reveló que en una reunión que mantuvo con Yechiel Tropper, ministro de Cultura del nuevo gobierno israelí, se le garantizó que “los espectáculos reabrirían muy pronto y la música volverá a Israel”.