No dejes que el glamour y la fama te engañen. Nibar Madar es una mujer relajada y sencilla a pesar de adornar las portadas de las revistas más prestigiosas del mundo. Se presenta a las entrevistas con una cola de caballo, sin maquillaje y una sudadera de gran tamaño. Madar es una modelo de 26 años aclamada internacionalmente, que proviene del norte de Israel. Siempre le han dicho lo hermosa que es, y ya estaba siguiendo una carrera de modelo cuando tenía 17 años.
"Estaba terminando el 12º grado, después de varios años de trabajo personal finalmente había ganado algo de confianza", nos dice Nabar. "Fui intimidada mucho a lo largo de mi vida, y sufrí todo tipo de problemas de déficit de atención ... Mi padre escuchó muchos comentarios sobre mí y lo bonita que era, y decidió que éste era un buen camino para explorar al final de la escuela secundaria. Examinó a fondo todas las opciones hasta que se decidió por una agencia, y sólo me dijo después de que ya le habían informado que querían contratarme. Él no quería que yo experimentara decepción o tristeza", cuenta la exitosa modelo israelí.
"Experimenté depresión cuando era niña, y nunca hablé de eso, ni con mis padres ni con nadie"
Madar continuó construyendo una carrera exitosa en Israel y en el extranjero. Pasó a modelar para revistas como Vogue, Elle y Marie Claire, y hoy es la modelo líder de Bloomingdales, una cadena de grandes almacenes de lujo estadounidense.
Madar vive lo que parece ser la vida perfecta, pero hace poco expuso públicamente su batalla contra la depresión crónica. "Experimenté depresión cuando era niña, y nunca hablé de eso, ni con mis padres ni con nadie más".
Cuando se le preguntó si estar sujeta a intimidación tenía algo que ver con esto, no estaba segura. "Esa es una buena pregunta. No me diagnosticaron temprano [con depresión] debido a la falta de conciencia hacia la salud mental en ese momento, esa pregunta nunca se hizo", contó.
Madar dice que de niña sintió mucha "tristeza". "No quería levantarme de la cama. Constantemente pensaba en lo que podía hacer para evitar levantarme. No quería salir de mi casa. No estaba en un lugar para decírselo a mis padres. La sociedad me percibía como rara y perezosa, no deprimida. No había conciencia en ese momento, mis padres tampoco tenían idea. ¿Quién hubiera pensado que estaba pasando por algo? Hoy hablo mucho de ello porque puede salvar a mucha gente.
"Un niño puede perderse en un segundo. Un adolescente o un adulto. Es una pendiente resbaladiza para los pensamientos suicidas. Y tuve muchos de esos. No intenté hacer nada, pero comprobé qué pastillas podía tomar para morir. Durante COVID tuve pensamientos de lastimarme, de cortarme y ver sangre, que es lo que más me asusta en el mundo. Decidí hablar de ello para que la gente sepa cómo identificar las señales de advertencia".
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Nibar no le escapa a hablar de los problemas psiquiátricos que padeció. .
(Shai Arbel)
"Durante COVID tuve pensamientos de lastimarme, de cortarme y ver sangre, que es lo que más me asusta en el mundo. Decidí hablar de ello para que la gente sepa cómo identificar las señales de advertencia"
En respuesta a la pregunta de si tenía miedo a que este tipo de exposición perjudicara su carrera, Madar señaló que la importancia del tema pisoteaba todos los temores. "La gente no necesita avergonzarse de estar deprimida. Hay soluciones, y si se trata bien, puedes tener una vida perfectamente normal y hermosa".
Con respecto al diagnóstico, Madar compartió que "los psiquiatras profundizaron y luego entendí que necesitaba ayuda más allá de las conversaciones. Tenía miedo de mí misma. Llegué al psiquiatra y me diagnosticó depresión crónica. Esto me quitó mucho peso del pecho. Finalmente, hubo una validación de lo que estoy sintiendo. Hay un diagnóstico. Tiene un nombre".
"Debido a que los comentarios sobre el peso están incrustados en el campo del modelado, también tuve un problema emocional de alimentación. Comía en exceso. Podía llegar a casa y pasar por toda la nevera. Hablé sobre esto con el psiquiatra y comencé a tomar una dosis baja de fluoxetina, un antidepresivo que también trata los trastornos alimentarios. Con el tiempo, aumenté mi dosis y agregué otro medicamento contra la ansiedad: Lorazepam".
Después de estar más equilibrada a través de la medicación, Madar dice que vio cambios positivos en todos los aspectos de su vida. "De repente me sentí equilibrada. Las cosas ya no eran tan extremas, el mundo no estaba en mi contra y merezco cosas buenas. Hoy, estoy emocionalmente disponible para las cosas que me amenazaban en ese entonces. Puedo llamar a mi mamá y decirle 'Hola mamá, ¿cómo estás?', levantarme de la cama y reunirme con mis amigos, seguir campos que me asustaron antes, como la clase de actuación".
"También tuve un problema emocional de alimentación. Comía en exceso. Podía llegar a casa y pasar por toda la nevera. Hablé sobre esto con el psiquiatra y comencé a tomar una dosis baja de fluoxetina, un antidepresivo que también trata los trastornos alimentarios"
Madar describe que el tratamiento médico la ayudó a ganar estabilidad emocional, lo que le permitió entrar en una relación saludable después de años de salir con hombres que reflejaban su inestabilidad. "Salí con hombres de 40 años en adelante cuando tenía 20-21 años. Busqué una figura que me sostuviera, alguien que ya estuviera estable en sus pensamientos y supiera lo que está haciendo en la vida", se sinceró.
"Todavía no sé quién soy", dice Madar mientras describe lo que aprendió sobre sí misma a lo largo de este período. "Estoy en el proceso de explorarme a mí misma, pero creo más en mí y no dejo que el ruido de fondo silencie mis sueños".
Madar experimentó relaciones complicadas con la comida y el estado físico. "Incluso antes de los problemas de comida, me dijeron que debía realizar actividad física por el bien de mi estado emocional", cuenta. "Digo: todos estos años estuve bailando todos los días, desde los 5 años. ¿Cómo me ayudó esto? Siempre estuve deprimida. A los 17 años todo lo que comía comenzó a influir en mi cuerpo porque no estaba quemando energía y haciendo ejercicio constantemente, y luego mi cuerpo comenzó a cambiar. Cuando mi cuerpo pasó del de una niña al de una mujer, fue cuando comenzaron los comentarios sobre el tamaño y las medidas de mi cuerpo".
"Me cansé de esta obsesión que duró años. Fui a todo tipo de nutricionistas y entrenadores físicos, pero todo se atascó debido a los atracones emocionales, me costó mucho equilibrarme. Al mismo tiempo, sufría de soledad y depresión, e incluso cuando alcanzaba mi objetivo y era flaca con buenas medidas, todavía no era lo suficientemente delgada para ellos. En este punto realmente perdí la motivación, y debido a esto hoy todavía no tengo el hábito de una rutina de alimentos saludables o ejercicio obsesivo... Como más sano porque sé lo que es saludable, pero a mis ojos, a pesar de todos los estudios, necesito comer lo que me hace sentir bien. Dejo que mi alma decida lo que es bueno para mi cuerpo. No dejo de comer pasta, porque en mi experiencia los atracones surgen cuando como lo que no quiero. Creo que me veo mejor que nunca y me siento muy bien. La salud mental está por encima de todo."
"Creo que me veo mejor que nunca y me siento muy bien. La salud mental está por encima de todo"
Dice que contrariamente a los estereotipos sobre las modelos, no le gustan ni come exclusivamente ensaladas. "Tengo una perspectiva anti-ensalada debido al modelado. Incluso si hago dieta, la ensalada está fuera de discusión ... Hoy no tengo una pasión especial por un deporte. En general, me gusta el yoga, el pilates y el baile, pero no practico constantemente".
Madar terminó nuestra entrevista expresando sus pensamientos sobre la relación entre las carreras de modelaje y la depresión con algunas palabras de inspiración.
"Creo que la depresión no elige una carrera. No elimina ni fomenta una determinada carrera. Hay desencadenantes en la vida. Puedes hacer cualquier cosa con la depresión, puedes vivir con ella. Todo es alcanzable, no te vas ni eliges una carrera por depresión. No decide por ti qué elegir, solo tú lo haces".
