El propietario del club de fútbol Beitar Jerusalem informó que canceló el partido amistoso con el Barcelona por su negativa a realizar el evento en la capital israelí.
Israel capturó Jerusalem oriental en la guerra de 1967 y la anexó en una medida que no es reconocida internacionalmente y considera a toda la ciudad como su capital.
Los palestinos consideran Jerusalem Oriental como la capital de un futuro Estado palestino. El status de la ciudad es uno de los temas más espinosos en el conflicto que lleva décadas entre israelíes y palestinos.
El propietario de Beitar, Moshe Hogeg, dijo que se vio obligado a cancelar el partido "con gran tristeza" porque se negó a ceder a lo que dijo que era una demanda "política".
El alcalde de Jerusalem, Moshe Lion, expresó su apoyo a la decisión y dijo que los equipos que pretendan "boicotear" Jerusalem deberían ser excluidos de Israel por completo.
No hubo comentarios al respecto del club Barcelona, de España.
Beitar es el único club de fútbol israelí importante que nunca ha fichado a un jugador árabe, y sus fanáticos incondicionales tienen un historial de cánticos racistas. Hogeg, que compró el equipo en 2018, ha prometido combatir el racismo y dejar de lado a los fanáticos antiárabes del club.
Argentina canceló un partido de preparación para la Copa del Mundo con Israel en 2018 luego de las protestas pro palestinas. Algunos funcionarios israelíes acusaron a Lionel Messi y sus compañeros de ceder al terrorismo.
Más tarde, la federación internacional de fútbol impuso una prohibición de un año a Jibril Rajoub, el mandmás del fútbol palestino, por supuestamente incitar a los fanáticos contra Argentina. Rajoub calificó la prohibición como parcial y "absurda".
La FIFA señaló que Rajoub había "incitado al odio y la violencia" al pedir a los fanáticos del fútbol que atacaran a la Asociación Argentina de Fútbol y quemaron camisetas y fotos de Lionel Messi.
El canciller argentino, Jorge Faurie, dijo en ese momento que los jugadores se sintieron "totalmente atacados, violados" después de que surgieran imágenes de las camisetas de rayas blancas y celestes del equipo manchadas con pintura roja parecida a la sangre.