Dos horas antes de lo que debía ser la fiesta de consagración de Maccabi Haifa por segunda temporada consecutiva, su partido ante Bnei Sakhnin fue suspendido por razones de seguridad y desató un escándalo en el fútbol israelí.
Bnei Sakhnin, el equipo árabe que juega en la primera división israelí, iba a ser local en Petach Tikva ya que el Estadio Doha de la ciudad de Sakhnin (construido con fondos qataríes, por eso su nombre) había sido sancionado por incidentes protagonizados por hinchas del club. Pero el equipo árabe no garantizó la contratación de una empresa de seguridad privada para que despliegue un operativo en el nuevo escenario elegido para el partido, y así fue que la policía israelí resolvió la suspensión del mismo. Fuentes policiales informaron que al iniciar el operativo conjunto con el personal de seguridad privado, el club anfitrión había contratado a la mitad de los efectivos requeridos.
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Maccabi Haifa salió campeón, pero no lo pudo festejar adentro del campo de juego.
(ONE)
Previo a la suspensión, miles de fanáticos de Maccabi aguardaban en las adyacencias del estadio para celebrar lo que muy posiblemente hubiera sido la consagración como bicampeón de la Ligat Ha´al, la máxima categoría del fútbol israelí. De hecho, la coronación se concretó unas horas después, cuando Hapoel Beer Sheva empató 1-1 ante Maccabi Tel Aviv y se quedó sin posibilidades de alcanzar al equipo de Haifa. Campeones, sí. Pero la fiesta ya estaba empañada.
En cuanto a Bnei Sakhnin, por su responsabilidad en la suspensión del partido podría sufrir la derrota del partido por motivos técnicos, grandes multas e inclusive el descenso a la segunda división. “Lamentamos que el equipo Bnei Sakhnin no cumplió con sus obligaciones y los acuerdos establecidos con la Policía de Israel, y obligó a la policía a cancelar el juego unas dos horas antes de su inicio”, expresó un comunicado de la administración de la liga israelí.
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Aficionados de Maccabi Haifa en Petach Tikva, a la espera de un partido que fue suspendido.
(Essi Maman)
La liga expresó también disculpas públicas por este incidente que arruinó la definición del torneo: “Perdón a los aficionados, a los que salieron temprano del trabajo, a los que contrataron una niñera para los hijos, a los que cambiaron turnos, a los que querían disfrutar de una tarde en el sofá, a los niños que esperaban el momento y a los soldados que hicieron todo para salir de sus bases”.
Aficionados de Maccabi Haifa que viajaron hasta Petach Tikva con la ilusión de ver a su equipo campeón dentro del campo de juego amenazaron con iniciar una demanda colectiva hacia Bnei Sakhnin. “Tendrán que pagar una millonada, somos 10 mil personas que viajamos, gastamos en combustible y perdimos un día de trabajo”, afirmó uno de ellos.
