Ruinas de Nitzana, una de las antiguas ciudades del Negev.
Ruinas de Nitzana, una de las antiguas ciudades del Negev.
Dan Butler
Antigua zona de basural de una de las ciudades.

El excremento animal que explica el declive de antiguas ciudades en el Negev

Investigadores de la Universidad de Haifa encontraron que en el período bizantino, el estiércol se usaba como un producto agrícola fertilizante, mientras que en el período islámico se desarrolló en mayor medida la ganadería produciendo un remanente de excremento que se acumuló en basurales. Un nuevo enfoque en la investigación, centrado en la basura en lugar de la tradicional excavación de ruinas, permite entender las causas del ocaso de una región.

Ynet - Adaptado por Adrián Olstein |
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Los habitantes del actual desierto del Negev, en el sur de Israel, durante el período bizantino, usaban excrementos de oveja, en lo que puede considerarse un desarrollado manejo de sus residuos, para fertilizar los campos verdes. Con la transición al período islámico y el comienzo de la caída de las ciudades del Negev, ese uso dejó de ser tan frecuente y el estiercol pasó a amontonarse en grandes cantidades que fue necesario quemar. La información surge de un nuevo estudio realizado por la Universidad de Haifa en conjunto con investigadores de la Autoridad de Antigüedades de Israel, entidad pública que controla los trabajos de excavación en el país. El estudio revela evidencia microscópica adicional, a partir de la cual se hace evidente el fenómeno del florecimiento y asentamiento de las ciudades del Negev en el período bizantino.
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Antigua zona de basural de una de las ciudades.
Antigua zona de basural de una de las ciudades.
Antigua zona de basural de una de las ciudades.
(Yotam Tepper)
Haluza, Shivta, Nitzana y Avdat fueron algunas de las ciudades del Negev que florecieron desde el siglo IV d. C. en adelante, en el período bizantino, dependiendo de la prospera agricultura que desarrollaron en el clima cálido y seco del desierto. Sin embargo, con la transición al período islámico, en el siglo VII, estos asentamientos comenzaron a declinar y finalmente fueron abandonados en el siglo X. El motivo del ocaso de estas ciudades bizantinas fue materia de investigación durante muchos años. Las diversas explicaciones se refieren al cambio político en la transición del imperio bizantino al dominio islámico, a cambios en el clima y transformaciones económicas. En los últimos años, el profesor Guy Bar-Oz del Instituto Zinman de la Universidad de Haifa ha estado dirigiendo una serie de estudios que intentan rastrear los procesos y las causas, a partir de un nuevo enfoque: examinar los restos de las pilas de basura en las afueras de las antiguas ciudades, en lugar de llevar a cabo una excavación tradicional dentro de las localidades.
En estudios anteriores, los investigadores se centraron en el análisis microscópico de hallazgos arqueológicos: huesos de animales y restos de plantas que formaron la base económica de los habitantes de la región. Los restos de vegetación evidencian el desarrollo de la actividad agrícola que encontró su punto más alto en el período bizantino con el establecimiento de la industria de producción de vino. Estos y otros descubrimientos permiten entender la intensa actividad agrícola que hubo en el período bizantino en contraposición a una agricultura limitada en el período islámico.
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Capas estratificadas de ceniza e imagen microscópica de los restos de excremento.
Capas estratificadas de ceniza e imagen microscópica de los restos de excremento.
Capas estratificadas de ceniza e imagen microscópica de los restos de excremento.
(Dan Butler)
Para su sorpresa, los investigadores encontraron en sus estudios de los basurales que había una diferencia significativa en los materiales de los que se componía el suelo entre los períodos bizantino e islámico. En el primer período se vertieron principalmente desechos de materiales de construcción como arcilla y piedras y residuos relacionados con la vida cotidiana como cenizas pertenecientes a los hornos de cocción, huesos de animales, alfarería, etcétera. En el segundo período se encontró que el suelo estaba constituido principalmente por estiércol de granja, que gracias a un proceso de meteorización había permanecido intacto hasta nuestros días. "Aparentemente, en el período bizantino el estiércol era un producto codiciado y utilizado para fertilizar los campos agrícolas, en cambio en el período islámico su uso se redujo y, por lo tanto, se produjo un excedente que era necesario tirar en los basurales", explicó la profesora Ruth Shahak Gross del Departamento de Civilizaciones Marítimas y la Facultad de Ciencias Marinas de la Universidad de Haifa, una de las coordinadoras de la investigación.
"Disponemos de varios métodos de laboratorio mediante los cuales podemos identificar los restos de heces que se desintegraron con el tiempo, principalmente la detección de esferas microscópicas formadas en los intestinos de los animales, especialmente en ovejas y cabras, debido a que están compuestos de material inorgánico y se conservan en sitios arqueológicos incluso cuando toda la materia orgánica es biodegradable", explicó Shahak Gross.
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El basural de Nitzana en la colina oscura más cercana y las ruinas de la ciudad en la colina de fondo.
El basural de Nitzana en la colina oscura más cercana y las ruinas de la ciudad en la colina de fondo.
El basural de Nitzana en la colina oscura más cercana y las ruinas de la ciudad en la colina de fondo.
(Guy Bar-Oz)
Además, los investigadores identificaron mediante el uso de una técnica denominada espectroscopia infrarroja evidencia de quema de basura en uno de los sitios pertenecientes a la era islámica. "Hasta donde sabemos, esta es la primera vez que identificamos la gestión de un antiguo basurero. A nuestro entender, en el período islámico temprano se acumularon excedentes tan grandes de estiércol, debido a la disminución de la actividad agrícola en los campos y al aumento de la actividad ganadera, que fue necesario tratar el exceso de desechos, y esto se hizo quemándolos. Estamos ante un gran cambio de percepción con respecto al estiércol en ambos períodos, de un producto valioso como fuente de fertilizante para la agricultura a un remanente inútil que se tira a la basura y se quema allí", agregó la profesora Shahak-Gross.
“El panorama que emerge es que en ambos períodos existe una planificación y gestión sustentable de los recursos. Mientras que en el período bizantino la población basaba su economía principalmente en la agricultura combinada con pequeñas cantidades de rebaño, el período islámico temprano, ve desarrollarse una economía basada de forma más marcada en la ganadería, cuya expresión es el exceso de estiércol en los basurales pertenecientes a los últimos períodos de las ciudades de la región”, concluyó el profesor Guy Bar-Oz.
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