El desierto en los Emiratos Árabes Unidos.
El desierto en los Emiratos Árabes Unidos.
AFP
Abu Dhabi, capital de Emiratos Árabes Unidos.

Las devastadoras consecuencias que podría causar el cambio climático en Medio Oriente

El resultado del aumento de temperaturas sería especialmente perjudicial para la región y podría incluir guerras civiles, guerras entre países y grandes movimientos migratorios desde lugares que se tornarían inhóspitos.

Ynet - Adaptado por Adrián Olstein |
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La región de Medio Oriente podría sufrir consecuencias particularmente extremas en relación al cambio climático que podrían conducir a conflictos entre países y guerras civiles devastadoras que amenazarían la integridad de toda la región. Las conclusiones surgen de un nuevo estudio realizado por el profesor Dan Rabinowitz del Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de Tel Aviv.
El estudio aborda el Medio Oriente en su definición más amplia: 24 países ubicados entre Irán en el este, Marruecos en el oeste, Turquía en el norte y Yemen en el sur. La investigación pone en discusión los efectos del aumento de temperatura en la agricultura productora de alimentos, la reducción de lluvias en zonas que se volverán inhóspitas por la falta de agua y los procesos sociales, demográficos y políticos derivados. El estudio fue publicado en The Power of Deserts, una publicación de la prestigiosa editorial Stanford University Press.
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Abu Dhabi, capital de Emiratos Árabes Unidos.
Abu Dhabi, capital de Emiratos Árabes Unidos.
Abu Dhabi, capital de Emiratos Árabes Unidos.
(EPA)
En su trabajo, el profesor Rabinowitz analiza también la desigualdad climática. "El hecho es que los países avanzados y de alta tecnología (como Israel y Arabia Saudita) producen la mayoría de los gases de efecto invernadero que causan el cambio climático, pero eventualmente tendrán los medios para responder y proteger a sus habitantes de las consecuencias; mientras que sus vecinos pobres y atrasados ​​(como Jordania y Yemen) contribuyen muy poco a la crisis”, describe. "Si bien las condiciones climáticas en países cercanos serán similares, la diferente posibilidad de respuesta podría crear tensiones entre los distintos países”, explica Rabinowitz.
El estudio indica además que el cambio climático podría llevar a la migración de grandes poblaciones: "El colapso de áreas agrícolas hará que millones de refugiados migren hacia lugares que no podrán absorberlos, un escenario que podría conducir a tensiones grupales, inestabilidad política e incluso guerras civiles", describe el estudio. "En Medio Oriente hay muchos países pobres cuyas economías dependen de la agricultura, con importantes divisiones étnicas, propensas a procesos destructivos de este tipo", advierte.
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Profesor Dan Rabinowitz, investigador de la Universidad de Tel Aviv.
Profesor Dan Rabinowitz, investigador de la Universidad de Tel Aviv.
Profesor Dan Rabinowitz, investigador de la Universidad de Tel Aviv.
(Universidad de Tel Aviv)
Un apartado en el estudio lo obtienen los seis países petroleros del Golfo Pérsico: Arabia Saudita, Kuwait, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Omán y Qatar. Según el profesor Rabinowitz, "en la era del petróleo de los últimos 70 años, estos países han acumulado una riqueza legendaria, pero el final de los 'años dorados del petróleo' ya está a la vista. Su precio cae de manera constante, en parte porque el costo de la generación de electricidad a partir de energías alternativas, especialmente la energía solar, cayó 90% en la última década, y su uso se ha vuelto económicamente competitivo”, explica.
En conclusión, el profesor Rabinowitz cree que para hacer un proceso de transición hacia la nueva era, los países petroleros deben utilizar la vasta riqueza acumulada e invertir en tecnologías de energía solar, tanto en sus desiertos locales como en el resto del mundo. "Dado que todavía no existe una tecnología eficiente para acumular energía solar y transportarla lejos de su lugar de producción”, el estudio aconseja “invertir en proyectos solares en África del Norte y América del Sur, lugares soleados que están relativamente cerca de continentes con alta población y demanda de electricidad (Europa y América del Norte respectivamente)" y traducir así su agonizante mercado petrolero en un poder similar en el mercado de energías alternativas.
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