La industria de alta tecnología de Israel es mundialmente conocida por su innovación, un colorido escenario de startups y por sus contratos multimillonarios. El sector lidera la economía del país y, sin embargo, solo unos pocos forman parte de la escena y disfrutan de la prosperidad que la acompaña.
Según la Oficina Central de Estadísticas, el 9% de la fuerza laboral de Israel está empleada en ese área, y varios sectores poblacionales a menudo se encuentran excluidos de tal cifra.
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Programa Excellenteam de Scale-Up Velocity para la integración árabe en la alta tecnología.
(Scale-Up Velocity)
Si bien las mujeres produjeron avances, el sector sigue siendo predominantemente masculino. Para los judíos ultraortodoxos y árabes israelíes también hubo avances, pero aún queda mucho margen de mejora.
Apenas el 1% de los ciudadanos árabes trabajan en el sector de la alta tecnología
Respecto a estos dos últimos grupos, el ingreso al ecosistema tecnológico supondría un progreso importante en su calidad de vida. La prosperidad también ayudaría a borrar años de desigualdad.
Una mayor integración es claramente un escenario en el que todos ganan, tanto las empresas de tecnología como los potenciales trabajadores. Una encuesta reciente del Banco de Israel mostró que apenas el 1% de los ciudadanos árabes trabajan en el sector de la alta tecnología. Esto contrasta con su representación del 21% sobre la población total de Israel.
La semana pasada, el gobierno aprobó un plan integral de varios años llamado "Takadoum", que significa progreso en árabe. Parte del plan está dedicado a incrementar la presencia árabe en el sector de la alta tecnología. Esto incluye desde alentar a estudiantes a orientar su título secundario a las ciencias hasta la creación de centros de Investigación y Desarrollo en ciudades árabes. Casi 200 millones de dólares serán destinados al programa.
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Parque industrial de Be'er Sheva que alberga empresas de alta tecnología.
(Haim Horenstein)
Un informe reciente publicado por la ONG Start-Up Nation Central (SNC) sobre capital humano en la industria tecnológica señala un marcado aumento en la demanda de ingenieros y desarrolladores contra un menor aumento en la oferta. Con más de 15.000 puestos de trabajo abiertos en promedio en los últimos años, la necesidad es enorme.
La población árabe representó alrededor del 14% del crecimiento del sector tecnológico en 2018
La población árabe representó alrededor del 14% del crecimiento del sector en 2018, según informes de la misma ONG. "Nuestro objetivo es atraer a miles de ingenieros árabes a trabajar en la industria, pero también hacer que la industria y sus empresas abran sucursales y comiencen proyectos nuevos en las ciudades árabes", dijo Sami Saadi, director ejecutivo de Tsofen High Technology Centers, una organización sin fines de lucro que trabaja por la inclusión árabe en la alta tecnología.
Tsofen ejecuta múltiples programas que lograron aumentar el número de ingenieros en la industria en los últimos años. Sus proyectos abordan diversas aristas de la tarea, desde el desarrollo de las habilidades sociales de los candidatos hasta el establecimiento de redes de contactos y la realización de encuentros con empleadores del sector.
Cuando Saadi fundó Tsofen junto a varios colegas en 2008, los ingenieros árabes que trabajaban en la industria eran un centenar. Hoy esa cifra se estima en 9.000. También se registra un aumento en el número de jóvenes que estudian carreras tecnológicas en las universidades de todo Israel, donde los árabes representan el 16% del alumnado.
Unos 9.000 ingenieros árabes trabajan en la industria tecnológica
“Las cifras están aumentando, pero no lo suficiente”, expresó Maty Zwaig, director ejecutivo de Scale-Up Velocity, el programa de entrenamiento de Start-Up Nation Central que tiene como objetivo resolver los desafíos en materia de recursos humanos en la industria de alta tecnología. “Lo que se necesita son procesos que comiencen en la escuela secundaria, para mostrar a la población historias de éxito y las diferentes posibilidades que ofrece la industria de alta tecnología”, agregó.
"El plan del gobierno es un comienzo. Este es un asunto de importancia estratégica para el país y el presupuesto que se destine será crítico. Pero solo tendrá éxito con la participación activa de la industria y las empresas”, concluyó Zwaig.
Los ciudadanos árabes de Israel enfrentan desafíos especiales cuando intentan ingresar a la alta tecnología. En busca de estabilidad, su propensión es a elegir profesiones en las que el empleo sea seguro. Cuando ven el bajo número de árabes empleados en el sector, lo consideran un rubro arriesgado. Sumado a eso, se enfrentan con frecuencia a la barrera idiomática, cuando en muchos casos dominan menos el hebreo que el inglés.
En promedio, las comunidades árabes enfrentan tasas más altas de desempleo y delincuencia y, a menudo, ganan menos dinero que los judíos que trabajan en los mismos puestos. Muchas familias árabes viven por debajo del umbral de pobreza, lo que les da a los jóvenes un comienzo más difícil en la vida. Un porcentaje alto de hogares árabes no tiene acceso a Internet, según una encuesta reciente realizada por la Universidad de Reichman, anteriormente conocida como Centro Interdisciplinario Herzliya.
El paso por unidades de tecnología del Ejército, sirve para muchos israelíes como puerta de entrada a un trabajo en tecnologías civiles. De tal situación no participan los árabes israelíes por no hacer el servicio militar obligatorio. Las empresas emergentes reclutan mano de obra calificada recién liberada del ejército. Aquellos que sirven en puestos de tecnología en el ejército adquieren una amplia red de contactos que luego se ayudan mutuamente a conseguir trabajo.
"A través de mi trabajo pude ver la angustia que representa para la industria israelí la falta de talento”, señaló Smadar Nehab, otra de las fundadoras de Tsofen. Como emprendedora tecnológica, que atravesó multiplicidad de puestos de liderazgo en la industria, es consciente de los desafíos.
Muchas veces le pidieron que subcontratara mano de obra en el extranjero: “¿Por qué subcontratar desde la India cuando tengo Galilea?" preguntaba ella. “El cambio hasta aquí es enorme, pero todavía son pocos los árabes que ingresan al sector”, agregó Nehab.
Tsofen tiene como objetivo alcanzar niveles de representación similar de los árabes en la industria tecnológica con los de su proporción en la población de Israel. En estos días sus esfuerzos se enfocan en la población beduina, de casi nula participación en la tecnología.
"Nos estamos acercando a la meta", indicó Nehab. Según ella, el aumento en el número de árabes que estudian ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas en las universidades es indicativo de una tendencia más amplia. Sin embargo, Zwaig dice que la tasa de abandono sigue siendo muy alta y desalentadora. Cerca de la mitad de los árabes que comienzan sus estudios en estas áreas, abandonan, en contraste con el 32% de los judíos.
A lo largo de los años, Tsofen ha logrado que las empresas de tecnología abran oficinas en Nazaret. “La presencia de empresas que quieren empleados árabes cambia las reglas del juego”, sostuvo Nehab.
Si bien el progreso es lento, es persistente. Todavía hay obstáculos, pero con la gran necesidad de la industria, los árabes israelíes podrían convertirse en parte integral de la solución.
“La propia sociedad árabe no creía que la alta tecnología fuera relevante para ellos; pensaron que era solo para judíos. Esta industria debe cambiar y ellos son el principal recurso para este cambio”, concluyó Nehab.
