Un cofre del período islámico temprano fue descubierto en excavaciones arqueológicas realizadas por investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalem en la ciudad norteña de Tiberíades. Durante las excavaciones se encontraron piezas extrañas tanto por el tamaño como por la calidad de la conservación. Los hallazgos permiten conocer las costumbres de la población que vivió en la ciudad que floreció a la orilla del Mar de Galilea entre los siglos VII y XI d. C., durante el período de los califatos omeya, abasí y fatimí que conformaron la primera etapa del islamismo en la región.
La excavación dejó a la luz las ruinas de edificios residenciales, canales de agua y hornos industriales medianos, utilizados para la producción de moldes de arcilla que luego eran utilizados en la fabricación de velas de aceite.
Uno de los hallazgos centrales es un cofre en cuyo interior se encontraron diez moldes de velas que sobrevivieron de manera íntegra, con sus decorados de patrones geométricos y florales. En el lugar se hallaron también velas que coinciden con los diseños de los moldes, lo que indica que se trataba del lugar de fabricación.
En uno de los moldes se encontró grabada la inscripción “Alá” en letras árabes y en otro un diseño similar a una estrella de David, pero los investigadores determinaron que no se trataba de un elemento asociado a una menorá.
En el siglo XI d. C., una serie de terremotos azotó la Tierra de Israel. Algunos fueron de tal intensidad que se sintieron, según los historiadores, desde Siria hasta Egipto. Según los arqueólogos, las construcciones de Tiberíades también sufrieron daños: "Un conjunto de objetos arrastrados por una avalancha descubiertos en excavaciones en la zona refuerza la hipótesis de que los habitantes de la zona no volvieron a asentarse tras los severos terremotos y se trasladaron a vivir más al norte”.
La doctora Oren Gottfeld, investigadora a cargo de las excavaciones, señaló que los descubrimientos revelaron una trama de vida en la cual aparecen combinadas una zona residencial con una industrial. "El hallazgo de elementos arquitectónicos como columnas y capiteles, en torno a un pozo central, permite suponer que el vecindario se organizaba alrededor de un patio central con edificaciones alrededor decoradas con hermosos elementos de piedra. Todo indica que estamos también frente a la evidencia del terremoto del año 1033 d.C., en el que Tiberíades fue destruida", explicó Gottfeld.
Hace 20 años, cerca del sitio de excavación actual, los arqueólogos encontraron el depósito de vasijas de metal islámico más grande del mundo, exhibidas ahora en el Museo de Israel, que muestran la vida y la rutina en el área en esos días. Tras haber pasado por procesos de conservación en los laboratorios del museo, las velas de aceite y los moldes estarán expuestos al público por primera vez en el marco de la celebración de Janucá.